Muertes Curiosas: Asesinado por su propio invento

Al igual que el pobre Perillos y el toro que había construido para Fallaris hay muchos otros inventores con mucha mala suerte, porque a veces el oficio de inventar algo está asociado a un gran riesgo, a poner el todo por el objetivo.

Algunas de estas muertes curiosas tienen un dejo de justicia divina como el caso de Andrei Zheleznyakov, un científico soviético que estaba desarrollando una nueva combinación química para, justamente, matar gente.

En 1987 estaba desarrollando armas químicas cuando quedó expuesto al agente nervioso Novichok 5. Un agente químico binario (para que no pueda ser detectado) tan virulento y potente que es cinco veces más mortal que el VX que tan sólo necesita 10mg para matar a una persona adulta.

El señor Zheleznyakov, uno de los científicos a cargo del proyecto, apenas tuvo contacto en 1987 con pequeñas trazas del veneno que no eran lo suficientemente grandes como para matarlo inmediatamente. Para su desgracia primero entró en coma durante diez días, perdió la habilidad para caminar y fue tratado durante tres meses en una clínica secreta en Leningrado. Le dejó daño permanente en todo su cuerpo, un dolor que jamás se iba, debilidad crónica en sus brazos, hepatitis que luego derivó en cirrosis, epilepsia, la pérdida de la habilidad de concentrarse hasta que cinco años después falleció como consecuencia del envenenamiento accidental.

Por su parte William Bullock era un inventor más pacífico, prácticamente el opuesto, y su invención asesina fue su propia imprenta rotativa de 1863 que mejoraba el diseño de Richard March Hoe. Pero he aquí que si bien era un mejor invento también tenía un pequeño problema: llevarse la vida de su inventor.

Un pie de Bullock se trabó en una de sus máquinas mientras la instalaban en Filadelfia y lo aplastó, el problema derivó en una gangrena y murió durante la amputación. Cabe destacar que las amputaciones eran una intervención demasiado cruenta y con poca probabilidad de sobrevida.

Los vehículos suelen tener entre sus primeras víctimas al inventor incluido, podríamos suponer que es por alguna motivación romántica del destino o, tal vez, porque se sienten demasiados confiados de su propia invención.

Un ejemplo de esto es el trágico destino de Horace Lawson Hunley, ingeniero marítmo confederado en plena Guerra Civil norteamericana. Había logrado crear el primer submarino de combate y en una de sus inmersiones de prueba, con Hunley al mando, no pudo emerger. Él y sus siete marineros fallecieron asfixiados pero aun así la marina confederada recuperó la nave y la siguió utilizando. Ya se habían ahogado otros cinco en una prueba anterior pero aun así el Hunley, el submarino se llamaba como su inventor, logró atacar al USS Housatonic en las afueras de Charleston pero… tampoco sobrevivió, estaba tan cerca de su objetivo que la explosión lo envió a pique. Lo encontraron en el fango en 1995.

Jean-François Pilâtre de Rozier entró en la historia por ser el primer fallecido en un accidente aéreo cuando su globo “Rozière” se estrelló el 15 de Junio de 1785 mientras él y Pierre Romain intentaban cruzar el Canal de la Mancha. Demasiado osado y más de un siglo antes que Bleriot en su aeroplano.

Otro gran pre-aviador que terminó sus días como ícaro fue Otto Lilienthal quien en 1896 falleció al estrellarse con uno de sus planeadores, actualmente es reconocido como uno de los padres de la aviación porque aun con el trágico final sus planeadores funcionaban.

Sylvester H. Roper es tal vez el primer conductor velocista que murió manejando en su propio vehículo, una motocicleta a vapor, en plena demostración en 1896. Nunca se supo si el infarto le dio antes o después de chocar.

Otro con la misma suerte en dos ruedas fue William Nelson quien fue aplastado por su propia moto en 1903 mientras hacía una prueba y Francis Edgar Stanley, creador de los autos a vapor Stanley, terminó contra unos troncos luego de intentar esquivar unas carretas de granja. Fred Duesenberg es otro de los inventores de automóviles muerto en un, obviamente, Duesenberg.

Otro caso curioso es el de Henry Smolinski porque combina aviación y automóviles, el inventor del AVE Mizar había tenido la loca idea de combinar un Ford Pinto y un avión. No es que la idea no pudiese funcionar pero el único prototipo de su empresa se estrelló con Smolinski al mando, así que no tuvo mucho éxito comercial.

Algunos accidentes son menos visibles como el de Sabin Arnold von Sochocky quien fue el primero en inventar una pintura luminiscente basada en Radio, como es de esperar con la gente que trabaja con elementos radioactivos sin entender la radioactividad, murió en 1928 luego de un aneurisma provocado por la exposición a su propia invención.

Pero quien descubrió el radio era Marie Skłodowska Curie quien desarrolló el proceso para aislarlo luego de haberlo descubierto junto al Polonio. Curie también murió por la exposición a la radiación ionizante de su propio material de trabajo no sin antes recibir dos premios Nobel por sus descubrimientos.

El caso de Alexander Bogdanov también va de la mano de la ignorancia de la época porque si bien era un médico, escritor y revolucionario belarús su objetivo de rejuvenecer le jugó en contra. Estaba experimentando con transfusiones de sangre y murió por tomar la sangre de un estudiante que tenía tanto malaria como tuberculosis, adicionalmente es probable que hasta la sangre fuese de otro tipo y factor.

Otro inventor conocido, en este caso por ser el que introdujo los CFC o Cloro-Fluor-Carbono tan conocidos por su efecto invernadero y de destrucción de la capa de ozono como por el tetraetilo de plomo, contaminante utilizado en los combustibles. Se podría decir que no era culpa de Thomas Midgley, Jr. Desconocer los efectos nocivos de sus dos invenciones pero no murió ni por falta de ozono ni por aspirar gases del escape de un vehículo.

Con mucha mala suerte contrajo polio a los 51 años y lo dejó discapacitado. Por esta razón desarrolló su tercer gran invento: un sistema de poleas y cuerdas que le permitirían incorporarse en su cama y poder seguir activo.

Años después murió estrangulado por las cuerdas de su propia invención.

Tal vez el más famoso de los inventores muertos por su propia invención es Thomas Andrews, Jr. El cual es recordado por haber construido un barco que a la fecha sobrevive en el imaginario popular como el más conocido naufragio de todos los tiempos.

Su barco estrella, construido por la compañía Harland and Wolff en Belfast era el famoso RMS Titanic que se hundió en su viaje inaugural luego de impactar un iceberg el 14 de Abril de 1912 junto a otras 1500 personas.


Esta y otras tantas historias formarán parte de un futuro libro que estoy preparando. Espero que les gusten este tipo de recuentos históricos de muertes de dudosa honorabilidad y asegurado espanto :P

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Comentarios

  • Emilio     08/07/2019 - 10:54:15

    Fabio esta tambien Jimi Heselden, que no era el inventor pero si el dueño de segway. Se murio cayendo de un acantilado con el segway

    • Fabio Baccaglioni     08/07/2019 - 21:09:30

      Si, pero no es el inventor! es el que compró la empresa, lo tengo pero para otra nota Guiño

  • Ezequiel     08/07/2019 - 11:17:23

    Excelente recopilación y sin dudas que varios han probado la efectividad de su invento o la mejor forma de no usarlo.
    Muchas gracias por compartirlo

  • Hugo     08/07/2019 - 18:39:13

    Buena opción para libro. Podrías mencionar a Madame Curie, que muere por los efectos de la radiación que estudiaba ( si bien no era un invento). Y a Harry K. Daghlian, muerto por exposición al plutonio mientras desarrollaba la bomba atómica.

    Henry Winstanley, muerto en el faro de su creación también

    • Fabio Baccaglioni     08/07/2019 - 21:08:53

      Curie está en la nota Guiño no me quise repetir demasiado con los "nucleares" porque básicamente todos murieron de lo mismo, la misma ignorancia al manipular sus descubrimientos. El de Winstanley lo dejé afuera porque me pareció como que no fue culpa de su invento la muerte, no es que se mató por el faro sino por la tormenta que se llevó puesto el faro :P No sabía cómo catalogarlo!

  • DrMato     10/07/2019 - 15:47:35

    Jajaja buen post!
    Hay que darles crédito a aquellos estudiaron antes de realizar sus experimentos/prototipos y un Darwin a los que eran más entusiastas/suicidas (como el caso de Franz Reichelt) :D

  • GAK     11/07/2019 - 08:38:39

    Siempre me fascinó la conducta imprudente de Carl Wilhelm Scheele: probaba (en si mismo) las sustancias que descubría. Se cree que se envenenó con mercurio.

  • José Zanni     13/07/2019 - 18:19:21

    Ya era hora que hicieras un libro!! yo muchas veces (en serio, muchas) estuve tentado de hacer un "web scraper" a tu web y filtrar por los relatos de guerra para hacerme un ePub y luego enviarlo a Lulu o alguna de esas imprentas para que me hagan edición física y así regalarlos a amigos que nunca leerían tu web pero que les encantarían estas historias.

  • José Alfredo     30/07/2019 - 17:40:59

    También está el caso de Max Valier, precursor de la cohetería alemana (estaba 10 años adelantado al trabajo de Von Braun) e inventor del automóvil cohete... en 1930 mientras probaba un nuevo motor éste explotó y un fragmento le rebanó la arteria carótida, matándolo...

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