El límite de Roche y por qué no nos conviene caer en un agujero negro

Ya se, el cine es el cine y es fantasía, pero la ciencia es ciencia y no podemos negar que nos dan ganas de gritar a viva voz "¿Es que no se dan cuenta?", pero vamos a la ciencia pura.
La fantasía nos hace creer que podemos caer en un agujero negro sin problemas, el cine nos da mil opciones, la mayoría que será efectivamente un agujero, pero he allí el problema: no lo es. Un agujero negro no es un agujero, en cambio es un cuerpo tan masivo que la luz no escapa de su gravedad, nada más que eso. Se ve negro porque en realidad no se ve de lo masivo que es.
Eso no significa que ni tenga diámetro ni rotación, todo eso lo puede tener tranquilamente. También, por ende, fuerza de mareas.
Ahora bien, en 1848 Édouard Roche, un astrónomo francés, calculó a qué distancia un objeto en órbita a otro no resistiría y se quebraría en pedazos, así le pasa a cualquier satélite lo suficientemente masivo como para que las fuerzas de mareas le afecten. Es el límite Roche.
Por ejemplo la Luna, si estuviese tan cerca como 18.000 km no sólo la veríamos enorme y estaríamos completamente seguros de que moriríamos en pocos minutos más, sino que ésta estallaría en millones de pedazos ante nuestros ojos y ni les cuento los pedazos que tendríamos que cabecear.
Más allá del momento de extinción masiva una cosa es real, la Luna no podría soportarlo y antes de pegar directamente con nosotros se estaría desintegrando de forma catastrófica.

Por suerte su órbita es más de 20 veces la necesaria y no tenemos que preocuparnos pero no es así con todas las lunas del sistema solar, al menos tres de ellas se encuentran en el límite, Pan, una de las lunas de Saturno, Cordelia en Urano y Naiad en Neptuno.
Probablemente las veamos convertirse en un nuevo anillo en algún momento del futuro (y con algún momento nos referimos a los próximos 100.000 años, claro) pero como son muy pequeñas todavía sobreviven a su inevitable destino.
Un ejemplo de quebrarse por el límite Roche fue el cometa Shoemaker-Levy 9 que en 1992 pasó tan cerca de Júpiter que se quebró en varios pedazos que en 1994 dieron un hermoso show de luces sobre el mayor planeta del sistema solar.
Ahora bien, volvamos a la idea de un astronauta cayendo a un agujero negro, así como le pasaría a la Luna, a partir del límite de Roche una parte del satélite, la más cercana, se estiraría y giraría a la misma velocidad que el objeto mayor, en un punto esto lo va desintegrando, la fuerza de mareas hace que la parte inferior sufra más torsión que la parte superior. Se llama "Espaguetización"

Si te hacen eso mismo a vos, te tironean de las piernas con tal fuerza, lo más probable es que te corten la espina, pero cuando más masivo es el lugar al que estás cayendo, cada centímetro de tu cuerpo más cercano al agujero está siendo retorcido con una fuerza distinta al siguiente, te va desgarrando y despedazando.
Estimo que antes de que te des cuenta de todo esto se te corte el cuello, porque lo que viene es sufrimiento total y eso que todavía ni siquiera estás en el horizonte de sucesos, ¡todo esto sucede muy por encima!
Así de masivo es un agujero negro, tan fuerte que te puede despedazar. A diferencia de si uno pasa por el punto de Roche de la tierra donde la diferencia de masas no es tan bestial, en el caso del agujero negro sería destructiva no sólo para un maní, para un humano, para un planeta y hasta para otro agujero negro.
Ahora ya saben, mejor dejen los agujeros negros bien lejos, ni intenten acercarse a uno, menos usarlo como herramienta de aceleración orbital, salvo que quieran quedar con la consistencia del ketchup.
PS: En Interstellar el planeta Miller está bien por debajo del límite Roche del agujero negro que orbita, no sólo debería ser sólo polvo y parte del círculo de acreción, los astronautas también Pero ya dije mucho sobre esa película, jejeje
Categoría: Ciencia
Etiquetas: agujero negro astronomía ciencia fuerza de mareas fuerzas interstellar límite roche luna mareas órbita roche satélites tidal force
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