01/12/2014 - 10:32:32 por Fabio Baccaglioni
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Es una enfermedad en expansión, la whatsappitis, miles caen ante sus síntomas.
Los vemos todos los días, como zombies, con una necesidad irrefrenable de teclear en pantalla, desatendiendo su vida cotidiana, gente normal, instruída, bruta, no importa, no hace distinción ni de edad, ni status social, ni educación, ni raza, ni credo, afecta a todos.
El problema es que es una enfermedad social, afecta directamente el comportamiento con tus pares, el infectado deja de respetar (si todavía alguna vez lo hacía) y le quita toda energía a la interacción con seres humanos presentes en su mismo entorno. En cambio suplanta esta relación real y física por una comunicación desesperada sobre temas irrelevantes por su celular.
Que la adicción de los SMS es un hecho conocido, ni hablar de la necesidad de ponerla, pero esto va más allá porque a diferencia de los SMS hay una sensación de chat e inmediatez absoluta. El enfermo se encuentra atrapado en la necesidad de contestar el mensaje siguiente aunque sea con un "OK" o un "jhajajajajaujaajaakauikaiak", no importa, porque lo importante es dar un "ping" de vida y, al parecer, ha suplantado la vida por el ping nada más.
El infectado de whatsappitis pierde la capacidad de darse cuenta que también debe comunicarse con el entorno al punto de quebrar socialmente con todos.
Es curioso porque si bien nos volvían locos en los comienzos de la difusión del celular con mensajes alarmistas, poco tenía que ver el uso que se le daba con el actual, ahora está totalmente aceptado, no hay problemas en que en una charla personal tu interlocutor chequee cada tanto el celular.
Si, los más viejos se siguen ofendiendo, pero los más jóvenes lo aceptaron como normal, no hay nada malo con que contestes un mensaje cada tanto.
Tampoco nos molesta tanto ver a casi todos en una fiesta mirando la pantalla para ver si hay algo más interesante por allí, aceptamos las selfies que forzosamente tratan de dibujar una realidad que no es, no nos preocupa, pero de pronto si todos somos adictos al teléfono ¿Qué hacemos con el que tenemos enfrente?
Pues bien, o participamos de esa charla o nos vemos en una situación ridícula, pero eso no es necesariamente Whatsappitis, esta enfermedad es algo realmente peor.
Ayer hacía las compras, la cola del supermercado iba lento, para cuando quedaban tres o cuatro por delante mío noto el verdadero problema, el cajero, un tarado de unos casi treinta, cada cierta cantidad de segundos tomaba de su bolsillo el celular, tipeaba a una sorprendente velocidad, volvía a guardarlo.
Cuando me atiende a mí lo apuro bastante y sólo lo toma cuando llega el momento de que yo saque de mi billetera la tarjeta, entre que pasó la tarjeta y la impresora emitía dos mil papelitos inservibles, el tarado tipeaba a vertiginosa velocidad.
Estaba en las etapas terminales de la enfermedad, cuando ya estás por conseguir que te rajen.
Otra historia, que me contó una persona de primera mano, toman a recepcionista de veintipico, a poco de egresar de una licenciatura, excelente presencia, hablaba bien, empieza a trabajar, la rajan a los dos días. ¿La razón? Siendo recepcionista no atendía a nadie por estar constantemente chateando en el celular.
La mierda, estamos ante síntomas de pelotudez agravada
Es que hemos perdido la asincronía de "en un rato contesto" a "NECESITO DESESPERADAMENTE CONTESTAR ESTO YA!", y hasta la persona del otro lado pretende que así sea, porque ambos son adictos.
¿Hay algo para decirse? No, nada que no pueda esperar, nada que no sean tres párrafos en un e-mai, nada que requiera la inmediatez, pero ante la necesidad constante de escape vemos ese medio como la única salida.
Siendo yo un enfermito que chequea el celular a cada minuto hasta me siento incómodo ante la gente que sufre de esto, como que el contraste es bestial, yo seré un friki, pero hay otros que estan mucho peor, más quemados.
Si, ya sabemos que para muchos mirar el celular es signo de "me estoy embolando, a ver que hay en twitter", pero es un comportamiento distinto, la Whatsappitis es sencillamente adicción pura a algo efímero y que no te llena para nada, es el paco de la mensajería, el crack del siempre conectado.
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01/12/2014 - 10:57:52
algún neurólogo que lo investigue!
no tiene smartphone. Y me resulta curioso que estemos entre los más reacios a estas cosas. ¿Será porque ya pasamos demasiado tiempo frente a la PC? ¿O será porque tenemos otras formas de comunicarnos? ¿O que somos poco comunicativos? ¿O, lo más probable, es que con dos palabras en un SMS nos alcanza?
