La ejecución de Camila O´Gorman
Camila O'Gorman era una joven socialité argentina nacida en 1825 y su historia trágica a veces es olvidada, pero cada tanto hay que revivir este tipo de tragedias. La suya, en particular, tiene todos los condimentos trágicos necesarios para ser un éxito literario... salvo que fue un caso real.
Tuvo la mala suerte de enamorarse del sacerdote de su parroquia, escapar y ser capturada por el gobierno de Juan Manuel de Rosas quien decretó su fusilamiento por el escándalo. Así es, para los que idolatran al dictador, Rosas personalmente se involucró para ejecutarlos. Algo que ni siquiera se hacía en esa época en casos similares...
Camila era la hija menor de Adolfo O'Gorman y Joaquina Ximénez Pinto, una familia de ascendencia francesa, irlandesa y española, una familia bien de la época, todos sus hermanos emprendieron profesiones acomodadas y ella hasta fue íntima amiga de Manuelita, la hija de Juan Manuel de Rosas.
En 1843, a los 18 años, conoció al padre Ladislao Gutiérrez de 19 años, casi dos adolescentes. Él era un sacerdote jesuita que había asistido al seminario junto a uno de los hermanos de Camila y cuyo tío era el gobernador de la provincia de Tucumán.
Siendo nombrado párroco de la familia O´Gorman empezó a visitarlos y pronto se volvieron amantes secretos.
Cuatro años después, el 12 de Diciembre de 1847, subieron a un caballo y se fugaron. El objetivo inicial era llegar a Río de Janeiro (capital del Imperio do Brasil) donde nadie los molestaría, pero por alguna razón se detuvieron en Goya, en Corrientes, cambiaron sus nombres por el de Máximo Brandier y Valentina Desán y dijeron venir de Salta.
Allí fundaron una escuela que creció y los obligó a cambiar de casa dos veces porque creía la cantidad de alumnos.
Para la alta sociedad el escándalo se hizo público y notorio, la mayoría sugería un secuestro, pero ellos estaban felices dando clases y llevando una vida mucho más tranquila.
La mala suerte se presentó el 16 de Junio de 1848, apenas siete meses de fugados un sacerdote irlandés, Michael Gannon pasó por la villa de Goya y reconoció a Gutiérrez y lo denunció al juez de paz.
Fueron detenidos y separados, el gobernador de Corrientes era Benjamín Virasoro, un rosista puro, ordenó transladarlos a una cárcel. Allí ella insistió en que no había sido raptada ni violada, que había sido la iniciadora del romance y la ideóloga de la fuga.
Los encarcelaron en Santos Lugares de Rosas, hoy San Andrés (Provincia de Buenos Aires), donde los tuvieron en celdas separadas esperando la decisión de Juan Manuel de Rosas, el gobernador de la provincia.
Allí, se dice, le escribió a Manuelita Rosas para que intercediera y ella le contestó que lo haría, de hecho, parece que lo hizo, pero el generalísimo no tuvo en cuenta los pedidos de su hija.
Rosas tenía muchos detractores que habían escapado a Montevideo en Uruguay o a Chile, allí utilizaron el suceso para denunciar la falta de moral del régimen. Desde la iglesia estaban escandalizados y todo esto afectaba políticamente a Rosas.
Escribió Sarmiento, opositor exiliado en Santiago de Chile, en su momento:
Ha llegado al extremo la horrible corrupción de costumbres bajo la tiranía espantosa del Calígula del Plata que los impíos y sacrílegos sacerdotes de Buenos Aires huyen con las niñas de la mejor sociedad, sin que el sátrapa infame adopte medida alguna contra esas mostruosas [sic] inmoralidades.
Todos usaban el caso para pegarle al dictador y éste ordenó su fusilamiento el cual se cumplió la mañana del 18 de Agosto de 1848.
Si bien no hay un registro histórico que lo confirme, más sí la biografía de algunos presentes, Camila confesó estar embarazada y que el padre Castellanos le había dado de beber agua bendita para bautizar al nonato.
Como era de esperar el sacrificio de la pareja no mejoró la imagen de Rosas, los que unos días antes habían denunciado la falta de moral del régimen ahora denunciaban la atrocidad de la ejecución, le habían hecho caer en la trampa o, tal vez, no esperaban semejante decisión.
Curiosamente no existía ley alguna que derivara en ejecución ante el escape de los enamorados, para la justicia eclesiástica Gutiérrez debería haber sido entregado a la iglesia y su castigo la degradación y el destierro, para O´Gorman debía ser simplemente enviada a su casa (era una mujer y, en la época, muchos derechos no tenía, era posesión del padre), las leyes sólo apuntaban al sacrilegio del robo, por lo que fue una ejecución sin sentido, sólo por el ego golpeado de Rosas.
Él mismo se justificó en carta a Federico Terrero de 1870:
Ninguna persona me aconsejó la ejecución del cura Gutiérrez y Camila O’Gorman, ni persona alguna me habló ni escribió en su favor. Por el contrario, todas las personas primeras del clérigo me hablaron o escribieron sobre ese atrevido crimen, y la urgente necesidad de un ejemplar castigo para prevenir otros escándalos semejantes o parecidos. Yo creía lo mismo. Y siendo mía la responsabilidad, ordené la ejecución
En el diario de Juan Manuel Beruti se publicó:
Habiendo causado una sorpresa y sentimiento general a todos los habitantes de esta ciudad estas muertes, por un delito, que no creen mereciera perder la vida, sino una reclusión por algún tiempo, para que purgasen el escándalo que habían dado, por solo una pasión de amor, que no ofendían a nadie sino a si propios siendo lo más sensible que estaba embarazada de ocho meses, se lo dijeron al gobernador; pero éste señor, sin reparar la inocente criatura que estaba en el vientre, sin esperar a que la madre pariese, la mandó fusilar; caso nunca sucedió igual en Buenos Aires, de manera, que por matar a dos murieron tres
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Comentarios
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Falsa moral y falsa justicia, solo para ocultar la suciedad propia. Cinco dedos en cada mano, los de antes y los de ahora; el humano no ha evolucionado. El malo seguirá siendo malo, y el bueno querrá ser mejor. Lo vimos durante la pandemia, cuando personas fueron perseguidas por tonterías.