03/04/2019 - 10:30:00 por Fabio Baccaglioni
- 13723 - 11 - En Ciencia
No voy a hablar de conspiraciones tontas sino de otra cosa: el mito del combustible remanente al alunizar. Es que la historia mal interpretada puede llegar a ser más atractiva pero... no es la historia! O al menos no serían los hechos como corresponde.
Este mito es tan viejo como el mismísimo alunizaje porque parte de la transmisión oficial, mientras el módulo lunar desciende se escucha a Buzz Aldrin decir, "Sesenta", luego "Treinta segundos" y luego "Luz de Contacto", esto fue interpretado por la prensa como si tan sólo le quedara al módulo treinta segundos más antes de abortar la misión.
Esto se siguió transmitiendo en numerosos artículos, documentales, videos aquí y allá, a tal punto que es un "saber popular" pero lo que es cierto es que todo eso es mentira. No, no le quedaban treinta segundos hasta chocar, le quedaba suficiente combustible, pero ¿Sería menos dramático si lo contamos correctamente?
La cuestión es la siguiente ¿Eran tan torpes en la NASA para calcular mal el combustible? ¿Era Armstrong tan mal piloto como para llegar con lo justo habiendo malgastado combustible? Como se imaginarán la respuesta a tales preguntas, luego de ofender a casi todo ingeniero de la NASA, sería muy directa - No idiota! por qué nos has tomado?
Si hubo algun cálculo de combustible extremadamente preciso y recontra chequeado fue el del combustible del módulo lunar y aquí es donde los hechos chocan con el mito pero notarán, por la lógica, que la NASA no se equivocó en ningún número: los calculó prodigiosamente bien.
La cuestión es la siguiente: para qué llevar más de lo que se va a utilizar? El cálculo inicial llevó a los ingenieros a cargar combustible como para 756.39 segundos de motor, el módulo aterrizó con 45 restantes. No treinta, la razón de los treinta es más bien práctica, se reservaba una cantidad para frenar completamente el descenso, preparar los motores de ascenso (en caso de abortar la misión) y tener el tiempo suficiente para lograrlo. La gravedad lunar es un 10% de la terrestre, no hace falta tener el motor encendido todo el tiempo para alunizar, uno cae lentamente.
Esto es lo que nadie parece tener en cuenta, 30 segundos de combustible sirven para frenar a unos metros de la Luna, tomarse unos mates y pensar qué hacer a continuación, y en todo ese tiempo el módulo apenas se estaría acercando a la Luna. Son más que suficientes.
Es más, las demás misiones Apollo, que ya con la experiencia de la 11 tenían mucha mayor tranquilidad, hasta llevaron menos cantidad como la 12 que tenía 717 segundos disponibles y le sobraron 103. La Apollo 14 apenas se quedó con 68s. Y esos números estan bien, no son un problema.
Problema sería llevar más combustible del necesario y es ahí donde el cálculo es correcto. Los ingenieros debían tratar de posar algo en la Luna pero ese es tan sólo uno de los problemas, todo pesa y todo peso debía ser llevado al espacio, luego salir de la órbita terrestre, llegar a la Luna y así. Cada gramo que se pudiera ahorrar era valiosísimo en el orden de miles de dólares. Llevar combustible como para estar media hora más viendo dónde alunizar era sencillamente prohibitivo.
Armstrong era un piloto de pura cepa, un excelente piloto, piloto de pruebas y que pasó mil y una vez los entrenamientos más exigentes de la NASA, si hubo alguien a que podrías querer para que te deje sano y salvo en el Mar de la Tranquilidad era Armstrong.
Para darles más detalles técnicos el motor de descenso tenía una potencia más de 4760kg de empuje y para mantenerse flotando sin descender tan sólo necesitaba un 25% de dicha capacidad, si el motor fallaba Armstrong tenía un procedimiento (un botón llamado “Abort Stage&rdquo
a mano durante el cual desconectaría el módulo de descenso y empezaría a subir con el otro motor. Si en algún momento se veía demasiado cerca de la Luna y en un lugar incómodo para alunizar podía encender el motor al máximo, los 4760kg completos, y eso lo catapultaría hacia arriba con sobrado margen.
Sólo necesitaba cinco segundos para prezurizar y disparar el motor de ascenso. Es más, los ingenieros de Grumman recalcularon el combustible que en realidad tenía disponible Armstrong, le alcanzaba hasta para 70 segundos de vuelo, más de un minuto que eran sobrados para la distancia a la que se encontraba de la superficie.
Al final el combustible sobraba y no había ninguna situación de pánico, tanto Aldrin como Armstrong lo sabían perfectamente y así de fríos se mantuvieron, sus nervios estaban más de la mano de lo que estaban haciendo y la importancia de llegar a la Luna, transmisión en vivo mediante, que por el combustible. El entrenamiento de ambos había sido tan exhaustivo y completo que esas cosas se dejaban al azar.
Tal vez esto sea lo más difícil de captar para la mayoría, a diferencia del cine donde todo parece estar librado a cierta cantidad amplia de azar, en estos vuelos todo estaba verificado una y otra vez, calculado, especificado, en márgenes extremadamente finos y vueltos a calcular para verificar. Nada fue casual y cuando la casualidad intervino, el caso del Apollo 13, aun así este nivel extremo de ingeniería les permitió solucionar el gran inconveniente.
Si quieren leer más sobre el manual de reglas que tenía en su mente Armstrong leanlo aquí, el manual oficial de la misión Apollo 11, son 330 páginas y básicament tienen descripciones completas de todas las situaciones posibles y cómo actuar ante ellas, en referencia a abortar un alunizaje estan los puntos 5-91, 25-12 y 25-18. Y hay un excelente artículo, explicando esto en lujo de detalles, de Paul Fjeld aquí (desde la página 5). Ah, y si tienen ganas de más, está el "Experience Report" del LM aquí.
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03/04/2019 - 11:36:15
y pasa en todo. 
