crearon las vombas piloteadas Ohka
Kaiten, los Kamikaze submarinos
Cuando los japoneses ya veían que iban a perder la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico uno de sus mayores terrores era la invasión de su isla, así que cualquier idea era bienvenida para defenderla.
Ya todos conocemos a los Kamikaze, pero entre todas las ideas locas que implementaron también estuvo el de los Kaiten, la versión marítima-submarina, un submarino suicida, o más bien, un torpedo con tripulante.
Y, si bien son menos conocidos, también fueron usados en combate.
Inicialmente la marina japonesa se negó a esta idea, la consideraban derrotista, pero pasado el tiempo tuvieron que apelar a lo que tenían a mano y guiar un torpedo con la precisión de un humano era mucho mejor que ser invadidos.
La superioridad naval norteamericana, impulsada por una industria incomparable, había tornado la balanza a favor del rival y pasado por encima a toda la (originalmente) orgullosa bestia naval nipona.
No quedaba casi nada de aquel pasado reciente, la mayoría de sus portaaviones habían sido hundidos, la flota de tierra era presa fácil y los submarinos norteamericanos vivían hundiéndoles toda la flota mercante. Japón ya no tenía recursos, casualmente la razón por la cual habían invadido todo el Pacífico desde China hasta las Filipinas, desde las Kuriles hasta Tailandia e Indonesia.

Los Kamikazes fueron el recurso suicida más exitoso de la Armada Imperial, los Kaiten los segundos. También crearon las bombas piloteadas Ohka, los botes suicidas Shinyo, los buzos suicidas Fukuryu (minas humanas), el primer prototipo del Kaiten se terminó el 25 de Julio de 1944. Para agosto de ese año ya tenían 100 unidades.
Los distintos modelos creados se basaban en un torpedo, el Tipo 93 y el Tipo 92 fueron usados, con los primeros diseños preparados para que el timonel pudiera escapar, aunque no hay registros de ninguno saliendo del Kaiten una vez enfilado hacia un buque enemigo.

Estos mini-submarinos/torpedos humanos tenían en la parte posterior literalmente un torpedo de los antes mencionados, una pequeña cabina con periscopio, el sistema de flotación de un minisubmarino y una carga en la punta, control giroscópico para la dirección y también un sistema de detonación manual en el caso de que el fusible de la proa fallara.
Hubo muchos modelos, algunos con su propio motor en vez de usar uno de torpedo y los primeros modelos de unos 16 metros de largo, con otros más modernos de apenas 8 metros. La mayoría contaba con una carga explosiva de entre 1500kg y 1800kg dependiendo el modelo y velocidades desde los 37kmph hasta unos impresionantes 75kmph, el más grande con hasta 83km de autonomía aunque no solían usarse desde tan lejos.

Los tripulantes fueron entrenados en la isla de Ōzushima, una vez terminada la instrucción y práctica con modelos sin explosivos, dejaban un testamento para su familia y partían para su base de operaciones.
La efectividad del Kaiten sigue discutida hoy en día, los números de EEUU indican que sólo unas pocas naves fueron alcanzadas por estos y que la única "ventaja" que proveían por sobre un torpedo normal era el piloto que podía corregir el rumbo.

El carguero USS Mississinewa fue hundido en puerto por un Kaiten, con la pérdida de 63 hombres, y el destructor USS Underhill con la pérdida de 113 hombres.
El hundimiento del USS Underhill (112 bajas), fue tal vez el mayor logro de este tipo de arma suicida, los Kaiten eran vulnerables al fuego de los destructores a los que apuntaban, eran fáciles de ver y contraatacar.

Con un total de 300 bajas comparadas con los 846 japoneses muertos tanto en Kaitens como en los submarinos grandes que los transportaban, la efectividad no fue buena.
Comparado con los Kamikaze, 2800 pilotos sacrificados para hundir 34 buques de la armada de los EEUU, dañados otros 384 y más de 4900 marinos muertos y 4800 heridos, los números hablan por sí solos, los Kaiten fueron un fracaso y otra de esas ideas de la derrota.
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