Hanged, drawn and quartered

16/12/2015 - 10:30:00 por Fabio Baccaglioni - 9805 - 12 - En Historia

Si algo no te convenía en la Inglaterra medieval era ser acusado de alta traición, el castigo era, sin dudas, el peor de los imaginables ya que traicionar al monarca era el peor de los crímenes.

Ser ahorcado, arrastrado o eviscerado, variando el orden, el que más duela y más dure primero, se transformó en ley en 1351 pero se venía aplicando desde tiempos de Enrique III (1216–1272), y ustedes saben que la onda medieval era gore puro, nada de piedad, nada de muerte digna, nada de sin dolor, no, justamente, cuanto más dolor mejor.

Muchos cayeron en este método que se usó durante MUCHOS años, habiendo llegado hasta el siglo XIX con algunas variantes, desde William Wallace hasta Guy Fawkes hay una larga lista de casos y curiosidades, a continuación les cuento más detalles violentos, si estabas planeando almorzar o tan sólo tomando un mate, dejalo a un costadito

Como les dije esta condena tuvo sus variantes y evoluciones, pero básicamente era hacerle al cuerpo del condenado todo lo posible antes de su muerte y después de la misma también.

Primero eran atados a un caballo el cual los arrastraba hasta el lugar de la ejecución. Para la Alta Edad Media eran arrastrados en una especie de valla de mimbre o madera, para que llegue un poco más entero a la ejecución (no servía de mucho que se muriese antes del show). Además se imaginarán que durante el trayecto más de un paisano expresaba su conformidad con la condena y se adelantaba a los hechos tirándole cosas al prisionero.

En el patíbulo eran ahorcados pero no hasta la muerte, sino hasta el punto previo, justo antes de perder la vida. Había que dejárselo calentito al verdugo que seguía. En el caso del cura John Payne en 1582, hubo algo de piedad porque algunos de sus feligreses se le colgaron de las piernas para que muriese rápido.

Mientras poco a poco recuperaba el aire comenzaba el peor tormento, ser emasculado y eviscerado vivo. A ver, se imaginarán qué significa ser "emasculado" y tienen razón, es la castración completa, la que te deja lisito-lisito. Todo esto se hacía en una escalera para que lo viese toda la gente, suena raro pero sí, en varios cuadros se ve perfectamente esto.

Ser eviscerado vivo tampoco es que sea menos tormentoso, si el verdugo era realmente hábil podía ir extirpándote órganos mostrándotelos mientras salían, los intestinos son fáciles porque tenemos unos cuantos metros, pero obviamente al poco tiempo el pobre diablo moría desangrado. En cualquier castigo razonable todo terminaría ahí, que ya era bastante y en el público seguro que más de uno se desmayaba, pero no, no era todo.

Al cadáver había que decapitarlo, porque por alguna razón ellos inventaron el fútbol, y luego descuartizar lo que quedaba en cuatro partes. No era raro encontrarse con los pedazos repartidos por todo Londres, desde el famoso Puente de Londres hasta alguna que otra ciudad por si no quedaba claro lo mal que estaba ser un subversivo en la edad media.

Las mujeres también podían ser acusadas de alta traición pero, eran gore pero también pacatos, así que para ellas el castigo era más mundano: la hoguera. Toda una cuestión de decencia pública, además no había margen para la emasculación

Al que vimos en pantalla sufriendo esto fue a la representación de Mel Gibson del escocés William Wallace, aunque fueron bastante recatados al mostrar prácticamente nada, pero créanme que le dolió un poco más que en la dramatización. Es mucho más probable que Wallace en vez de gritar "Freeedooom!" haya gritado "MIS HUEVOOOOOS!" pero no hay registro alguno de sus últimas palabras



También los conocidos por el Conspiración de la pólvora terminaron igual, Guy Fawkes fue ejecutado de esta manera en el mismo lugar que intentó demoler auqnue la mayoría de ese complot murió apenas lo capturaron porque la policía de esa época era más bien de cortar la cabeza primero y preguntar después.

Al sacerdote William Dean lo tuvieron que amordazar antes del "procedimiento" porque en su último aliento se acordaba hasta de la hermana del rey, tanto lo amordazaron que casi se muere asfixiado, muchos curas jesuitas pasaron por este método justiciero ya que eran claramente traidores para la monarquía inglesa (los jesuitas, como el Papa Francisco, eran una orden clérico-militar que distaba mucho de tener un mensaje de paz y amor).

Para más morbo a veces se encadenaban ejecuciones y dejaban al más importante para lo último, para que viese cómo sus amigos o compañeros eran ejecutados, así le fue a James Bell en 1584 mirando cómo su colega de desgracia John Finch era ejecutado sin poder hacer mucho.

El regicida Thomas Harrison fue condenado en 1660 por matar al rey Charles I y mientras le estaban sacando algunas vísceras por mera curiosidad del verdugo le pegó un puñetazo a éste que no dudó en cortarle la cabeza al instante, al menos Harrison se desquitó un poco con su aliento final, luego revolearon sus intestinos a una hoguera aledaña.

Si algún día visitas londres y vas a ver el puente de Londres ya no es el mismo, fue demolido hace doscientos años, pero el antiguo llegó a tener más de 30 cabezas colgando en las ejecuciones de 1660, Charles II, luego de la restauración, abolió la práctica que, obviamente, daba muy mal con los turistas.



Oliver Plunket fue el último del clero en ser ejecutado de esta forma, pero no la última persona ya que para 1745 muchos jacobitas asistieron a esta terrible forma de morir, para ese entonces el verdugo decidía hasta cuando hacerlos sufrir, en muchas ocasiones sólo hasta la horca. Si bien luego se desparramaban las partes como siempre, al menos acortaba el sufrimiento en vida del condenado.

Pero la práctica fue decayendo porque el público se hacía cada vez más eco de las ejecuciones, para cuando ejecutaron a Edward Despard, quien había complotado contra el gobierno planeando matar al rey George III, ni su amigo Lord Nelson logró salvarlo aun presentándose en el juicio como testigo a favor. Pero ya era 1803 y hacer todo el show para 20.000 personas no parecía lo más adecuado, a último momento le cambiaron la sentencia a horca y decapitación, como para simplificar y evitar una revuelta mayor.



El sigo XIX trajo varias reformas, el problema es que este tipo de ejecución se aplicaba a cualquiera que cometiese un delito medio estúpido para los estándares actuales, en 1789 condenaron a una falsificadora, Catherine Murphy, a la hoguera por, bueno, falsificar, ¿estaba a la altura de un complotador que quería matar al Rey? La condena fue impungada por el parlamento gracias a Sir Benjamin Hammet, esto derivó en la Treason Act de 1790 en la que conmutaba la pena portraición a las mujeres de hoguera a horca.

Años después la Treason Act 1814 dejaba por fuera la pena de muerte para ladrones y vagabundos, es que al saberse que la única condena posible era la peor de todas, los criminales iban por todo, al fin y al cabo si los capturaban no había forma de sobrevivir, el efecto era el contrario al deseado por la ley.

Se mantuvo, sin embargo, el ahorcamiento seguido de decapitación porque para asesinos ya se ahorcaba, había que dejarle algo peor a los traidores.

Y el mundo seguía cambiando tanto que para cuando Jeremiah Brandreth, luego de liderar una rebelión en Pentrich, junto a tres más fueron ejecutados en Derby se le encargó a un inexperto minero decapitarlos con un hacha, pero hizo tan mal el trabajo que para el tercer intento logró sacarle la cabeza al desdichado: El público se horrorizó y se marchó.



Peor, en 1820, esta vez con alguien más experto (un cirujano) para sacarle la cabeza a los cadáveres ahorcados, el público reaccionó con violencia y tuvieron que esconderse de la turba, la conspiración de Cato Street fue la última en la que se aplicó la sentencia completa.

El liberal Sir Charles Forster logró aprobar la Forfeiture Act 1870 donde no sólo se abolió el viejo "Hanged, drawn and quartered", además se evitó la confiscación de tierras a las familias del traidor, algo que era un castigo para los vivos aun cuando éstos no necesariamente tuviesen que ver con el crimen.

Pero la pena capital en Gran Bretaña recién se eliminó en 1998 con la Crime and Disorder Act 1998, recién ahí pudieron entrar al protocolo de la Convención Europea de Derechos Humanos en 1999.