12/10/2004 - 10:49:38 por Fabio Baccaglioni
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El finde pasado fui a una fecha del Quilmes Rock, también había ido un rato a otra de la semana pasada así que ahora ya tengo algo como para comentar 
Primero, el lugar , estadio de Ferro, fue bien utilizado, campo principal con estadio grande, campos secundarios, lugares de recreación, choripan, etc. La verdad que para festival de rock está muy bueno y no es lo suficientemente apreciado por la gente de la ciudad, claro... barato no es, pero teniendo en cuenta que la Creamfields se llena de nabos que van a ver a tipos pinchar discos (no tocar música, si no, reproducir la de otros) resulta curioso que para un show de rock de tamaña proporción no esté a full como un woodstock porteño.
Pero eso es sólo un detalle, el festival de rock vale la pena...
Aunque uno no siempre escucha lo que quiere en estos lugares ya que tocan bandas que por ahí no son del gusto de uno. En mi caso porque voy sin pagar 
detalle no menor para poder ir, pero bueno, conseguí un par de entradas y estuve al cierre del recital de Fito Páez (juro que no soy fan de él!) y el sábado pasado viendo a Catupecu Machu y Babasónicos.
El primero, todo un músico, un músico que no sabe cantar, pero que músico porque en lo que a show se refiere, a presencia en el escenario es un capo, aunque cantando es un perro. Eso si, su música no desafina nunca. Mayor problema: el sonido.
Hace mucho que no veo un músico puteando tanto al sonidista y los técnicos y bancársela como un duque, fue el caso, hasta tuvo que, mientras cantaba, conectar bien su teclado que habían enchufado para el traste los "técnicos" que lo rodeaban. Eso demostró profesionalismo.
De paso me encantó la pantalla de alto contraste al fondo del escenario más dos pantallas de proyección más, bien filmado se puede ver todo lo que sucede, por más que estaba en la platea (cómodo el pibe). El campo no estaba lo suficientemente lleno pero se disfrutó.
El sábado pasado, en cambio, fui más temprano luego de la Tolkien 2004, y llegamos para cuando Catupecu Machu se hacía del escenario.
Toda la potencia y el mejor sonido de Catupecu, la verdad que si a alguien no le gusta su música o sus temas, no hay problema, el calor, la fuerza, el sonido, todo hace que te guste en vivo, realmente sorprendió (hace como 6 meses que no tocaban en vivo) y transmitió un calor que hace rato no veía en recitales, pura fuerza, sonaron bárbaro, excelente.
Después una pausa, un choripán de por medio y esperamos a Babasónicos, ya el público estaba cambiando, de pibes y pibas normales a pendejitas histéricas, anunciaba como venía la mano.
Luego comenzó el peor sonido del Quilmes Rock, hay que matar un par de sonidistas por favor!! estuvo todo el primer tema arruinando mis tímpanos con agudos excesivos, un desastre. Para colmo del campo salía frío, nada de onda, menos onda! por dió, y eso que no soy muy exigente, pero la banda no me mueve un pelo, da más para escucharla en una radio que en vivo, el tipo se la da de lindo y es tan feo como una cruza de Alvaro Alsogaray y Bernardo Neustadt, un rato te divertís, pero a los cinco minutos te aburren sus payasadas.
El show en sí no está mal, pero todos esos temas hechos especialmente para pendejitas de 15... los condena. Obviamente hacen su negocio, pero no por eso me va a gustar, pero.. claro... sin esos temas estarían fundidos, hace como 20 años que hacían música y en algún momento hay que comer 
así que esa predilección por temas idiotas... se hace notar.
Escuchar una repetición constante de "quiero revolcarme con vos" (única frase de ese tema, creo) me hace recordar más a Mambrú que a una banda de rock.
Suficiente para irme antes de que termine, un embole, al 5º tema ya tenía frío y ganas de irme, el sonido siguió desastroso, tal vez la principal razón para irme, la histeria me la bancaba un poco más.
El fin de semana que viene iré a ver a Café Tacuba y les cuento
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12/10/2004 - 11:06:45
