Vidas curiosas: el escape de Joseph Beyrle

Entre esas historias curiosas de guerra que suelo contarles hay una muy interesante de un soldado norteamericano que fue capturado por los nazis pero que no se quedó contento con ello y decidió escapar.

Los campos de prisioneros no eran similares a los de concentración dedicados a los judíos, pero para fines de la Segunda Guerra Mundial el nivel de vida en los mismos no era precisamente adecuado. El riesgo de escaparse y ser atrapado era altísimo, lo cual podía derivar en perder la vida, pero para algunos era insoportable quedarse esperando.

Joseph Beyrle había llegado a Europa durante el día D entre el 5 y 6 de Junio de 1944, era parte de la famosa división aerotransportada 101, era voluntario y se había entrenado con el regimiento de paracaidistas 506 "Screaming Eagles". Se especializó en telecomunicaciones y demolición e inicialmente estuvo esperando el desembarco en Ramsbury, Inglaterra.

Previo al desembarco había participado en dos misiones en la Francia ocupada pero el día esperado llegó y el 6 de Junio se embarcó en un C-47 pero, como con muchos aviones que intentaron dejar paracaidistas en la zona, el fuego antiaéreo los atrapó en una nube de metralla.

Beyrle tuvo que saltar pero no a cualquier altura, a apenas 120 metros, aun así logró aterrizar en Saint-Côme-du-Mont aunque se separó de su grupo, aun así siguió con su misión e hizo explotar una central energética y otras misiones de sabotaje durante varios días en solitario. Los alemanes no tardaron en capturarlo. Al tener un apellido alemán su chapa de identificación fue utilizada por un espía alemán para tratar de infiltrarse en las filas americanas, pero no lo logró, por esto en el ejército de EEUU lo consideraban muerto, habían encontrado un cuerpo con su nombre.

Durante siete meses estuvo preso en distintos campos alemanes pero evidentemente esto de estar tras las rejas no era para él porque escapó dos veces. Lo recapturaron y por suerte no lo ejecutaron. La intención de él y sus compañeros era, al menos, poder encontrarse con el ejército rojo que estaba más cerca de los campos que los aliados.

En su segundo escape querían irse para Polonia pero se equivocaron y tomaron un tren que iba directo a Berlín, un civil notó que no era alemán y lo entregó a la Gestapo. Por esto fue torturado y golpeado pero la Wehrmacht reclamó por su prisionero ya que no era jurisdicción de la Gestapo meterse con prisioneros de guerra. La Gestapo creía que Beyrle era un espía y que junto a sus compañeros había saltado en paracaídas sobre Berlín.

De ahí los llevaron al nefasto Stalag III-C, un campo de prisioneros principalmente lleno de soldados soviéticos que los alemanes mataron de hambre en ese lugar, pero Beyrle seguía con su idea de escape y lo logró una tercera vez aunque dos de sus colegas fueron abatidos. En esta oportunidad enfiló directamente hacia el este para encontrarse con el ejército Soviético y así fue que a mediados de Enero de 1945, pleno invierno, se encontró con una brigada de tanques soviéticos.

Amerikansky tovarishch!

Ese saludo en ruso más un paquete de Lucky Strike sirvieron para que el comandante del batallón, la única oficial tanquista femenina, Aleksandra Samusenko, lo aceptara para luchar con ellos en su camino hacia Berlín. Así que durante un mes Beyrle estuvo del lado soviético de la contienda donde sus habilidades como experto en demoliciones surtieron efecto.

En poco tiempo llegaron al Stalag III-C para liberarlo pero Joe resultó herido en una pierna durante una emboscada y terminó en el hospital. Pocos días después los comandantes soviéticos (según Beyrle allí conoció al comandante Zhukov, el alto mando soviético del frente Oriental) lo enviaron a Moscú donde en la Embajada de EEUU no creían en su identidad ya que oficialmente había sido dado por muerto.

Luego de comprobar sus huellas dactilares corroboraron su identidad y lo enviaron de regreso a casa el 21 de Abril de 1945 aunque a su familia primero le habían notificado su muerte. 50 años más tarde, para el 40 aniversario, Bill Clinton y Boris Yeltsin le rindieron tributo en la Casa Blanca, Joseph Beyrle falleció en 2004 a los 81 años. Uno de sus hijos, John Beyrle, llegó a ser embajador en Moscú.


Más info: 1, 2, 3, 4

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Comentarios

  • Danbat     21/01/2019 - 13:21:29

    Parece el personaje principal de "El abuelo que saltó por la ventana y se largó", de Jonas Jonasson.

  • Pen Pen     22/01/2019 - 09:33:33

    Capitan America un poroto al lado de este :D

  • Tifeo     22/01/2019 - 13:17:00

    Yo sé que es un detalle de muy poca importancia, pero........después de 7 meses en campos de prisioneros, entre ellos una gayola de la Gestapo, ¿de donde sacó el atado de Lucky Strike para los tovarisch?

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