19/06/2012 - 14:34:20 por Fabio Baccaglioni
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Las bicisendas son una genialidad, para los ciclistas, claro, para los conductores y peatones no tanto. El problema es cultural o lo llevamos en la sangre, bueno, no se si en la sangre, me equivoco, lo llevamos en la formación desde niños. La cultura que como sociedad parece que hemos adoptado nos ha ido llevando a ser cada vez más competitivos e irrespetuosos con el prójimo al punto que no nos hace falta ni un vehículo para estar participando de una carrera demente al movernos.
Hay una falta de educación importantísima y es el factor principal para que cualquier cosa que se nos meta en el camino nos moleste. Es que nunca podríamos suponer que un ciclista porque le des una bicisenda fuese educado, es lo mismo que pensar que ponerle una senda peatonal a un peatón hará que éste cruce la calle por donde debe o que un automovilista frene en un semáforo sólo porque éste está ahí con un rojo furioso.
La falta de educación es el eje y la falta de comunicación el medio que está roto. Por eso ya que siempre nos concentramos en lo mal que se maneja nos olvidamos de otros partícipes necesarios de las faltas de tránsito: los ciclistas, hoy les toca a ellos
Ciclistas suicidas en la ciudad
Estuve hace poco en Amsterdam, una ciudad ejemplo en cuanto a uso de bicicletas y bicisendas. En el centro viejo de la ciudad no entran muchos automóviles, hay calles, pero el tráfico es imposible, entre las calles que son ínfimas y la cantidad de turistas, es un tedio insoportable.
La mayoría de la gente local opta por dos medios de transporte geniales, el tranvía, que funciona muy bien y es bastante eficiente, y las bicicletas.
Allí la bicicleta tiene prioridad absoluta sobre la bicisenda, nunca un ciclista frenará por un peatón mal ubicado, te hará sonar el timbre porque el error ES del peatón que se interpuso. Básicamente para un ciclista holandés que te ubiques en su bicisenda es como pararte en medio de la Avenida General Paz, si te pisan es tu culpa porque no debías estar ahí.
Amsterdam, todo bicicleta y tranvía, ah, y ahí al fondo, en De Bijenkorf en el patio de comidas se come bárbaro (?)
El lugar fluye, funciona, pero claro, donde un ciclista se mueve por donde no debe, la responsabilidad es completamente de éste. Mas aun, si un ciclista va a doblar, hace la seña con la mano para el lado que tomará, difícilmente no lo haga, el riesgo de terminar con los huesos quebrados es alto cuando no tenés ni airbag ni cinturón de seguridad.
Pero venimos a Buenos Aires, nos tomamos el avión de regreso, hacemos un poco de freeshop y al día siguiente volvemos a lo cotidiano.
¿vieron alguna vez un ciclista porteño (o conurbanense) respetar la más mínima norma de tránsito? bueno, si los hay, pero una gran cantidad, que no podría definir si es mayoría o minoría, se caga, literalmente, en toda norma de tránsito.
En alguna época de nuestra etapa educativa se nos dijo (se nos mintió) que un ciclista era como un peatón y que tenía más derechos que cualquiera, que si te pisaban te pagaban por bueno.
Ahora bien, suponiendo que fuese así ¿que cuernos tiene de sentido que te paguen por bueno si estás muerto? ninguno, pero no les importa. El semáforo no existe para un ciclista argentino, ya bastante cuesta que lo respete un automovilista, es improbable que lo haga un peatón, pero los ciclistas no quieren ser menos que los... motociclistas, los seres más irrespetuosos de las normas de tránsito si los hay, entonces hacen todas y cada una de las mísmas cagadas de los motoqueros, pasar en rojo, esquivar obstáculos en vez de esperar, pasar entre automóviles, sentirse invulnerables, sentirse con derechos especiales por sobre el resto de las personas, mandarse contramano ¡contramano! como si la bicileta fuese una carta libre para hacer de la calle un parque de diversiones.
Las normas de tránsito son (eran) para todos
Un ciclista de contramano es el mejor ejemplo de esto, porque ni siquiera está tomando por una bicisenda, no, está directamente diciendo, con un letrero de neón gigante -
písenme que quiero morir ya - , ojo, a veces los suicidas me provocan ternura pero en la mayoría de los casos les deseo el más rotundo de los éxitos (al menos que sean buenos para algo, che
). Pero el problema aquí es que el conductor que se los lleve por delante, para colmo, deberá hacerse responsable del fiambre o del nuevo parapléjico por voluntad propia que se le vino encima.
Un semáforo está ahí por algo, no importa si no viene nadie demasiado cerca desde la otra calle, hay que respetarlo, esperar y punto, no se discute. La bicisenda, cuando la utilizan, no cambia esta norma ¡si hasta tienen semáforos con bicicletitas!
No sólo no lo respetan, ni siquiera miran, se mandan como vienen, como si por ser ciclistas tuviesen que recibir un trato especial, pues no, si te lleva puesto un automóvil y yo soy testigo, estate seguro que le doy mi tarjeta al conductor del automóvil para salirle de testigo a su favor. ¡sos un delincuente! y no hay excusa válida NINGUNA.
Ninguna porque no sólo te prepararon un espacio especial para vos, si no que hasta semáforo te dieron, y no respetás un carajo, tu vida principalmente, entonces ¿por qué merecerías un trato especial? sos un suicida, éxito en la faena
¿biciletas en la vereda? ¿algún problema si van a 20km/h? no parece molestarles, no se suicidarán en la calle pero no tienen problema en llevarse puesta a la gente ¿¿¿no ves que soy ciclista y tengo super poderes????
Las bicisendas doble mano confunden
Desde el punto de vista del automovilista y del peatón siempre se nos enseñó una obviedad, mirar y prestarle mucha atención a la direción en que viene la siguiente calle, es la mejor forma de evitar un accidente. Por algo la nona me decía "
mirá para los dos lados antes de cruzar y hoy más que nunca tiene sentido.
Es que el diseño de las bicisendas es doble mano, en vez de ser en una sola dirección como la de la calle, se transformaron en avenidas para dos ruedas, pero no ha habido ninguna campaña de concientización ni educación para el resto.
Así es muy común encontrarse de golpe con un ciclista desde el otro lado, y considerando que NUNCA respetan los semáforos, ser atropellado por éste, sufrir daños (si sos peatón) o provocarlos (si sos conductor) sólo porque el ciclista, a gran velocidad, se aproximó desde el lado que jamás hubieses esperado verlo venir.
Aquí falló la campaña de creación de bicisendas, no se puede poner algo en medio de una calle que siempre fue de una forma y esperar que la gente adivine que ahora es de otra forma. El humano es un ser conservador y de costumbres, además de bastante pelotudo, entonces presuponer conciencia en la gente y atención a los detalles es sobreestimar a esta manga de idiotas que somos. Error señores, más señalización, más educación, campañas, concientización, todo lo que puedan hacer o las bicisendas terminarán siendo campos de exterminio (asumo que tal vez exagero un poco en este párrafo, pero sonaba re-pulenta terminarlo así, je).
Tampoco es fácil ser ciclista
No le tiremos todas pálidas a los ciclistas, no seamos así, a mi me encanta andar en bicicleta, no lo hago porque temo por mi vida, pero admiro a aquellos valientes que lo hacen hoy en día. Confío tan poco en los demás, tan pero tan poco en la gente, que estimo que a las dos cuadras si no me choca un pelotudo que viene en mi propia bicisenda me tirará encima de un 68 a las chapas y quedaré hecho un churretito en el asfalto.
Pero no todo es fácil para ellos, por ejemplo, las bicisendas son doble mano, puede sonar lógico pero ¿alguna vez vieron dónde estan? exactamente al costado de la calle, como es de esperar, pero ¿y las bocas de tormenta? ¡también! ¿y los desagües? y por supuesto van ahí. La bicisenda puede estar bien hecha y señalizada, pero el lugar donde la construyeron no era una muy buena base.
La mayoría está en un ángulo y si sos ciclista sabés que pedalear con una inclinación lateral de más de 5° es receta para terminar con el codo hecho frutillitas al caerte de lado, si es que no te diste contra cualquiera de los obstáculos que hay en una vereda, desde cestos de basura, postes de luz, canteros, plantas, viejas anidadas, perros soreteros y pendejos escapándole a los padres.
Caerse para el otro lado implica un riesgo de vida mucho mayor que caer sobre la deposición de un can, es la muerte asegurada si la calle es de alto tráfico.
Pero no sólo terminan allí las penurias del ciclista, ¿cuantas veces vimos los depósitos de basura en la bicisenda? ¿es domingo? okey, te estaciono el auto ahí porque "total nadie me hace la multa" y como es domingo, los ciclistas que se vayan a cagar, yo tengo que ver a la vieja y no puedo conducir dos cuadras más para encontrar estacionamiento, a la mierda con la bicisenda.
Mucho tráfico? no problem, los motociclistas invadirán la bicisenda y escaparán raudamente por allí al embotellamiento, si dejan a una bicicleta como molinete "es tu culpa pibe, fijate por donde andás" te dirá el infractor.
Para colmo no hay bicisendas en todos lados, por ende si la vereda no es opción (mierda que no lo es ¡hay gente caminando allí!) la calle es prácticamente suicida, no todos los ciclistas llevan el equipamiento adecuado, a veces pareciera que para que los vean necesitan
ir con una bengala y ser perseguido por un T-Rex. La estabilidad de las calles no ayuda a que el colectivo te pase finito y el excecrable repartidor en una Partner te doble por adelante pudiendo haber evitado esa maniobra.
Es peligroso.
Nos falta mucho, pero se puede eh!
El mayor problema está en nosotros, no queremos "perder" nunca. Si pasamos un semáforo en rojo es porque sentimos que así estamos ganando algo, no sé, ganándole al destino, al reloj, a tus propias convicciones. A alguien le estas ganando.
Será la cultura del perdedor eterno que encuentra una pequeña victoria en cada acto inmoral diario. Como si tener ética y moral no fuesen virtudes, como si respetar y ser buena persona fuese de "boludo" entonces cualquier acto, por mínimo que sea, pero que te permita sacarle una ventaja a un próximo (aun si éste ni lo notase), es válido y te llena de un extraño regocijo.
Esto es cultural y educacional, definitivamente, tenemos que empezar a vender el respeto como una de las mejores virtudes, pero no hay muchos medios con los cuales hacerlo. Si nos movemos a los "referentes" de la cultura, justamente se hace lo primero, el "ventajismo", la "avivada criolla", ese invento nacional que demuestra cuan forros podemos ser cuando felicitamos a alguno por ser un "vivo". No, no es un vivo, es un hijo de puta y vos un imbécil por adularlo.
Cuando tomemos conciencia de eso al menos tendremos una mitad. Pero falta la otra mitad, la educación.
La educación te la dan los padres, okey, pero asumamos que la mayoría de los padres son unos ineptos a la enésima potencia y le enseñan a sus hijos a ser garcas y avivados, okey, el gobierno, el mismo que quiere promover el uso de medios de transportes alternativos, debe tomar la posta, es su responsabilidad, es su trabajo, es su obligación ¿querés bicisendas? ponete las pilas enseñando.
Y son muchos a los que hay que enseñarles, ciclistas, peatones, motociclistas, colectiveros, taxistas, conductores de todo tipo, etc. Cada uno tiene que recibir el mensaje de la parte que le corresponde, no conozco una sola campaña que eduque, todas te dicen "es re cool ir en bicicleta a trabajar, llegar todo chivado como un groncho futbolero y correr riesgo de vida dos veces al día", pero no te dicen nada más porque, por alguna razón que no vale la pena detallar, la gente sólo entiende mensajes cortos y básicos, los 140 caracteres nos infectaron la vida. Es más, vos que estas viendo este post que ya va por los 12000 caracteres sos un bicho raro, porque le dedicaste tiempo a leerlo hasta aquí y probablemente sumes un tanto más con los comentarios.
Yo creo que se puede mejorar, depende de nosotros y de los gobiernos de turno, pero debemos poder, si no esto será un sui-ciclo
Algunas de las fotos son de
aquí, otras googleadas, no di a tiempo para sacar las propias
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19/06/2012 - 14:49:18
si, muy "humilde" tu consejo 
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