16/11/2011 - 01:45:59 por Fabio Baccaglioni
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El otro día vi una película,
The Conspirator basada en la historia detrás del juicio a los supuestos responsables del asesinato del presidente de los EEUU Abraham Lincoln.
La película, dirigida por Robert Redford, es bastante buena y toca un tema que normalmente pasa de largo que fue el juicio injusto manejado por una junta militar, sin derechos legítimos, que terminó en la horca para sus condenados y luego en la decisión de que nunca más una junta militar juzgue a nadie, sea en paz o en guerra.
Tarde se les ocurrió cambiar sus propias normas para que respeten la propia constitución que tienen, pero fue justo al terminar la guerra civil y, justamente, se zarpan los políticos en esos días, más cuando te matan al presidente.
¿matar presidentes? parece ser un deporte nacional en dicho país, conocía el caso de JFK y Lincoln, pero la historia de dicho país no es precisamente mi fuerte, investigando me encontré con que... mataron a varios más y casi matan a un montón! historias de magnicidios gringos a continuación
El primer homicidio presidencial consumado fue efectivamente el de Abraham Lincoln el 14 de Abril de 1865, a poco de terminar la Guerra Civil y con el bando sureño confederado totalmente diezmado, a Lincoln se le ocurrió un día ir al teatro y John Wilkes Booth, actor del teatro, le disparó a quemarropa en el palco.
Booth era simpatizante sureño y fue atendido cordialmente por el plomo norteño un par de semanas después, ni le quedó alma para el juicio, la motivación de Booth se la llevó a la tumba pero se estimaba que era por la idea que tenían de que el norte le iba a imponer condiciones al sur tan desfavorables, entre las de quitarle los esclavos y todo el esquema económico... cosa que sucedió 
Pero de Lincoln no saltamos a JFK, antes la pasó mal
James A. Garfield, seguro que no lo conocen, fue el vigésimo presidente de dicho país. El 2 de Julio de 1881 en Washington D.C. un tal Charles J. Guiteau le disparó con un
British Bull Dog un revolver chiquitito de calibre .442 Webley ideal para asesinar a quemarropa y esconder el arma.
Garfield murió 11 semanas después, Guiteau fue encarcelado inmediatamente, llevado a juicio, condenado, apeló, pero no le sirvió de mucho y terminó en la horca. Pobre Guiteau, sus motivaciones no fueron políticas, estaba loco en serio. El tipo decía que mercía ser embajador de Francia porque Garfield había ganado la elección (unos meses antes) gracias a él... y si, a la horca por freak
Y seguimos sin pegarle a JFK porque hubo otro antes,
William McKinley, el vigésimoquinto presidente norteamericano murió también y no tanto por causas naturales. 1901 era un año típico de anarquistas, allí, aquí, en Europa, estaba de moda como los vachiturros o los floggers, salvo que ser anarquista era un poco más border.
Leon Czolgosz le disparó dos veces al presidente en una exposición en Buffalo, la multitud lo detuvo ahí mísmo, y para cuando lo agarró la guarida nacional le dieron tan pero tan duro que no creían posible que sobreviviese para un juicio, casi un linchamiento "oficial", logró reponerse para el juicio mas el presidente no, murió ocho días luego del incidente. Czolgosz terminó en la silla eléctrica y los 1800 voltios de cariño demócrata no alcanzaron para entender qué pretendía lograr con matar a un presidente, porque no logró más que fritarse.
El cuarto y último asesinado es, al fin,
John Fitzgerald Kennedy, y es tal vez la historia más conocida por todos pero con más inconsistencias y dudas que las tres anteriores.
No se cómo la describirá la historia, pero a esta altura la gran mayoría que el asesinato a larga distancia con rifles de precisión en medio de Dallas, no fue de Lee Harvey Oswald, o al menos no fue él solo.
Oswald no llegó a juicio, un dueño de boliches nocturnos, Jack Ruby, lo mató de un disparo cuando lo transladaban, el mismo Ruby murió en prisión pocos años después de cáncer, nunca se supo bien por qué mató Oswald pero eso levantó muchas sospechas.
Desde los cubanos hasta la mafia, los militares y la CIA, todos pasaron por el banquillo de los acusados de los conspiranoicos y sobraron motivos para que todos tengan algo que ver. La comisión Warren sólo demostró una vez más, como en el caso de Lincoln, cómo no se deben hacer las investigaciones.
Los únicos beneficiados con este atentado fueron justamente los que las teorías ubican entre los potenciales responsables, nunca se sabrá realmente quien ordenó esto, pero el mundo cambió una vez más ese 22 de noviembre de 1963. En una semana se cumplen 48 años del suceso.
Pero ¿fueron estos los únicos atacados? no todo intento de homicidio termina bien, son muchos los presidentes de ese país que sufrieron atentados contra su vida y eso nos deja claro, una vez más, cómo es su cultura. Si no le gusta algo, le hechan plomo.
Andrew Jackson, el séptimo presidente de los EEUU y cara del billete de 20 dólares, un pintor en 1835 intentó matarlo con dos pistolones, falló ambos disparos y Jackson mismo lo detuvo de un bastonazo, el tipo no fue condenado, terminó en un psiquiátrico. A tal punto merecía estar ahí que las dos pistolas ni siquiera estaban bien cargadas y largaron humo, ruido y fuego, menos las balas
Abraham Lincoln ya a comienzos de 1861 habían detectado una conspiración en su contra, y en 1864 le dispararon desde unos arbustos y su caballo se encabritó, cayendo y perdiendo su sombrero. Cuando los soldados encontraron el sombrero, había un agujero de bala en éste. Definitivamente estaba en su destino morir por un balazo.
Ya en el siglo XX
Theodore Roosevelt, durante 1912, se separó del partido republicano y formó el partido Progresista (esa palabra hoy en EEUU es como decir "comunista"). Un tipo le disparó con un revolver .38 y su discurso de 50 páginas más el estuche metálico de sus anteojos frenaron la bala, hasta dio su discurso con la bala dentro. Nunca quiso que se la saquen porque William McKinley había muerto cuando los cirujanos intentaron sacársela, mejor que se quede ahí.
Franklin D. Roosevelt en 1933 estuvo entre cinco balazos cuando Giuseppe Zangara disparó contra él y un grupo de personas, murió el alcalde de Chicago, Anton Cermak, que era enemigo de Al Capone y se estima que era el objetivo, pero claro, con el presidente recién electo en el medio, otro que terminó ejecutado.
Harry S. Truman en 1950 casi es víctima de dos portorriqueños independentistas, cuando todavía esas luchas libertarias existían, fueron a buscarlo a la casa Blair ya que la casa Blanca estaba de reparaciones y terminaron en tiroteo con el servicio secreto. Oscar Collazo y Griselio Torresola lograron matar a uno de seguridad pero no lograron nada con Truman, Torresola terminó muerto y Collazo malherido, fue condenado a la silla eléctrica pero Truman le conmutó la pena a de por vida y Carter en 1979 le bajó la condena permitiéndole salir bajo palabra. No quiso por principios, murió en 1994 a los 80 años en prisión.
Al igual que Lincoln también
John F. Kennedy tuvo un atentado previo a ser presidente, en 1960 de vacaciones en Palm Beach un jubilado de 73 años cargó dinamita en su viejo Buick y planeó inmolarse contra el auto de Kennedy, pero al ver a éste con su mujer e hija despidiéndose tuvo un ataque de conciencia y dudó. Luego, tres días después, lo detuvieron para una multa y todavía tenía la dinamita en el auto, arrestado y al geriátrico.
El más bastardeado en Los Simpsons y Futurama es sin dudas
Richard Nixon (también Carter
pero menos), en 1974 un tal Samuel Byck quería secuestrar un avión y chocarlo contra la casa blanca para matar a Nixon ¿les suena conocido el método? al ver que no podían despegar el avión porque estaban las clásicas trabas en el tren de aterrizaje mató al piloto y al copiloto. Le dispararon desde afuera y lo hirireron, luego se pegó un tiro él mísmo. Para verlo en cine, "
The Assassination of Richard Nixon" para uds, con Sean Penn.
Gerald Ford tuvo en 1975 sus momentos complicados, primero Lynette Fromme, seguidora de Charles Manson, sacó una 45 cuando Ford se acercaba a saludarla, por suerte para él la mina sabía poco de pistolas, no había bala en la recámara, sí en el cargador, la arrestaron, recién salió de prisión hace dos años. Dos semanas después de eso Sara Jane Moore le disparó con un revólver a tan sólo 12 metros pero otra persona le movió el brazo y erró el tiro, presa hasta 2007.
Jimmy Carter no la pasó tan mal, tan sólo encontraron a uno de los espectadores de un discurso que iba a dar con una de esas armas que se usan para marcar la largada y con balas de fogueo, al psiquiátrico derecho.
Ronald Reagan en cambio, en 1981, la pasó mucho peor. El ex-piloto ex-actor estaba volviendo a su limo cuando John Hinckley Jr. disparó contra él y tres más porque... quería impresionar a Jodie Foster (!!) Reagan terminó en el hospital con una bala adentro, el secretario de prensa Brady la pasó peor, quedó discapacitado.
El papá del full retard,
George H. W. Bush, durante 1993 en una visita a Kuwait quisieron hacerlo puré con un auto bomba regalito de su ex-amigo Saddam Hussein, pero no pudieron lograrlo.
Bill Clinton tiene una larga lista y en ninguna aparece la becaria
En 1994 un enfermito le dio a la Casa Blanca con una avioneta Cessna queriendo matar a Clinton y logrando sólo una baja: él mísmo.
Un mes después un friki disparó con un AK-47 en la puerta de la casa blanca y tres turistas los frenaron, todavía me acuerdo de estos dos casos.
Y en 1996 durante una visita a Manila, en Filipinas, su auto casi toma por un puente que lo habían preparado para dinamitar, el que planificó el malogrado ataque era uno que luego se volvió un poquito más conocido: Osama Bin Laden.
El full retard
George W. Bush tuvo malos momentos, en febrero de 2001 un tipo disparó contra la casa Blanca. Otra poco conocida es que el mismo 11 de septiembre habían ido unos árabes al hotel donde se alojaba Bush en Florida con el argumento que tenían una entrevista con él. Se estima que era un intento de atentado, nunca se supo mucho de esto. Un diario de Florida sigue sosteniendo esta historia. En 2005 en un acto en Tblisi, Georgia, tiraron una granada al palco donde estaba junto al presidente georgiano, la granada no detonó de casualidad y el atacante hasta mató a un oficial antes de ser arrestado.
Lo interesante de estos casos es ver como hasta los años 50-60 los atentados eran de adentro, no de agentes exógenos, no eran árabes locos, eran propios norteamericanos. Y los que mayor efectividad tuvieron fueron justamente ciudadanos de ese país con este extenso historial de magnicidios e intentos de.
Más detalles en la lista de
Wikipedia
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