13/12/2003 - 11:59:40 por Fabio Baccaglioni
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Durante los últimos meses he notado (y no soy el único, obviamente) un intento de enfrentamiento entre la población civil argentina digitado desde la altas esferas de control que aquí se ejercen.
Desde los medios masivos hacia la gente que los consume, una cantidad de noticias con titulares alarmantes y tergiversando los problemas reales a los virtuales, llevando a donde hay una consecuencia la causa.
Es así como en los últimos meses los piqueteros pasaron de ser la bronca del pueblo con habre a una horda de vagos que quieren subsidios y molestar a la “clase media” que tanto los “sufre” y también a mezclarlos con la inseguridad (delito). Y lo están logrando.
Pero esa clase media que los aborrece (y antes luchaba a su lado) ¿es realmente una clase media? Si hacemos algunos cálculos podemos ver que alguien que gana hasta 2000 pesos es el pobre de antes, pero el pobre de antes, que ganaba sus 500 pesos ahora ni eso.
El problema no es una interrupción de una calle, son cosas más complejas por lo general.
Pobres, Medios y Ricos
Clase media, durante años la famosa clase social del que no es ni mucho ni poco cohexistió en este país con las demás porque era una buena consumista. Nunca se queja, nunca hace nada “demasiado” nada, está ahí y para el comercio es ideal, porque tiene pretensiones de rico aunque no pueda pagarlo.
Y ahí comienzan los problemas, el “clase media” cree que está a un paso de ser rico, que apenas hay diferencias, pero la realidad es muy distinta, está más cerca del pobre que del rico, un ejemplo claro es que si uno quiere comprar una casa tendrá que ahorrar 150-200 sueldos para poder pagar una, lo que un rico sólo requiere es hacer un par de llamadas.
El pobre de antes comía, algo que sabe cualquier adulto porque muchos lo fueron o sus abuelos, inmigrantes, lo vivieron en carne propia. Llegaban con nada, se ponían a trabajar en alguno de los miles de empleos que sobraban o simplemente labraban la tierra porque ya sabían como hacerlo.
Comer comían, y algunos hasta podían enviar a uno o más hijos a la escuela. Porque ser pobre no significa que uno va a pasar hambre, eso es indigencia, lo que antes casi no existía.
Algo claro, en 1960 si alguien no trabajaba era un vago para todos, hoy en día esa medida ya no surte efecto, el 25% de la población no puede encontrar un trabajo además de ser indigente.
Las devaluaciones y la decadencia de la clase media la ha llevado al punto que antes ocupaban los pobres, la relación sueldo-posibilidades es casi la misma, tal vez un mínimo arriba, pero hoy en día si alguien gana 700 pesos al mes es considerado “clase media baja” y no pobre.
Pero la realidad es que con ese dinero es un pobre, lo quiera o no, el problema es que el “clase media” considera que para ser pobre hay que ser: ignorante, muerto de hambre, vago, sin chances en la vida. Una imagen para hacer sentir menos mal al que ahora es “nuevo pobre” y para, descaradamente, hecharle la culpa de todos los males al que entre en alguna de esas descripciones.
¿Pero que pasó con el pobre? Bueno, este dejó de ganar sus 500 pesos con los que comía y pasó al otro estado, al peor posible: Indigencia.
Esto significa que una enorme cantidad de gente ya no tiene trabajo, no tiene comida, no tiene educación, no tiene cultura y encima genera un odio natural por resentimiento hacia el que algo tiene. Esto comienza a enfrentar al muy pobre contra el pobre (ya no “clase media”).
Trabajo, ¿existe o existía?
Hace poco un compañero de trabajo se quejaba porque decía que trabajo “sobraba” y que los piqueteros deberían ir a buscar trabajo en vez de “molestar a la gente cortando calles”.
Bueno, tal vez nos falta hacer algunos números para entender esta otra parta del problema, ya que como dije, el problema no es la consecuencia sino la causa de todos estos males.
En 1989 había una superinflación galopante, pero algo que no faltaba era trabajo (las cifras oficiales por lo menos así lo dicen) y el nivel de indigencia era mucho menor al actual.
Es lógico, para dar una idea de cifras las fábricas de zapatos en esa época eran 2000, muchas realmente y no eran tan malos productos, tal vez muchas necesitaban levantar un poco la puntería.
Con el famoso “Plan de convertibilidad” y la imposición ficticia del 1 peso 1 dólar y sumado a una apertura total de las fronteras económicas (neoliberalismo salvaje tal cual “recomendaba” y exigía el FMI y EEUU) cualquier producto oriental o de otro país entraba sin pagar impuestos coherentes.
Así fue como luego de la presidencia nefasta del peor destructor de los últimos 20 años, de esas 2000 empresas sólo quedaron 200. (estos datos los pueden corroborar consultando en la cámara que aglutina a las fábricas de zapatos, no me acuerdo ahora como era).
Es decir, una pérdida del 90% de la capacidad de producción, de las fuentes de trabajo. ¿a donde va toda esa gente a trabajar? Indigencia, a cartonear, piquetear, etc. Es decir, al mirar solamente al cartonero estamos viendo tras él una enorme cantidad de cosas que sucedieron que no queremos recordar, por eso sólo vemos al tipo juntando basura, no al problema.
Cita:
Cuando el sabio señala la luna, el tonto mira el dedo
Subsidio o trabajo negrero
Hay una cuestión cultural que se ha perdido y destruido. El estado benefactor-por-el-voto tiene un efecto devastador sobre la mente y la educación de la gente.
Uno de los puntos donde se nota es cuando se le dan subsidios de desempleo o el famoso “plan jefes y jefas de hogar” el cual les da 150$ a las personas que los punteros políticos deciden, para paliar el hambre y el “mientras”.
El problema se da cuando comienzan a llegar los “trabajos reales”, aquí es donde la discordancia “Pobre que trabaja” vs. “Pobre que recibe plata” se nota más fuerte.
El que no tiene trabajo recibe un ofrecimiento que, con suerte, es de un 50% más alto que el dinero que recibe gratuitamente sin trabajar.
¿por qué razón se va a romper el lomo por 300$ si recibe la mitad sin hacer esfuerzo? O peor, haciendo unas changas más el plan puede juntar más de 300$.
Aquí sale el argumento “no quieren trabajar, son unos vagos, trabajo sobra”. Lo que hay que aclarar es que, primero, el trabajo ofrecido es explotador y casi ilegal, segundo, al tipo ya le lavaron la cabeza con que puede sobrevivir recibiendo de arriba!
Dos problemas enormes, el primero de explotación del pobre y el segundo de cultura y educación, el segundo es más grave, porque la gente educada, minimamente, puede exigir algo, pero no, aquí se ha destruido la cultura en pos de un voto y la ignorancia de la mayoría.
Ignorancia como fuente de poder y control
En las pasadas elecciones nacionales un candidato proponía un enfoque distinto, para paliar el hambre pensaba gastar mucho menos de lo que se gasta hoy en día para los planes sociales. Con un 10% bastaba para cubrir lo necesario para alimentar a la gente en estado de indigencia.
La idea era sencilla, un recetario enorme con muchas variantes y como base la soja, un alimento muy barato (Argentina es uno de los mayores productores mundiales) y que tiene buena cantidad de proteínas y demás. Pero como no cubre todo los alimentos esa era la base solamente, con el presupuesto pensado se sumaban otros alimentos que son producidos en el país a muy bajo costo.
Pero que sucede, esta propuesta iba a solucionar el problema hambre y los políticos tradicionales perderían la posiblidad de controlar a la gente que sufre. Piensen que por un sandwich de jamón una persona que se muere de hambre es capaz de hacer lo que le digan.
Para poder opinar sobre el tema hagan un experimento, dejen de comer por todo un día y luego junten un par de amigos y que cada uno lo torture con algo antes de darle el sandwich “si saltas en una pata te lo doy”, uno va a elegir al que le de el sandwich más grande, no importa lo que pida.
¿Cómo van a frenar semejante maquinaria de control? Peor aún, de los 300 millones destinados a planes dudo que la totalidad llegue a la gente, si el presupuesto fuesen 30 millones robar sería más difícil o en menor cantidad, pero de 300 es mucho más fácil.
Así es que tiene un doble motivo, corromper a la gente y robar unos pesos, esto se traduce en las prácticas habituales de los políticos, por si alguien pensó que con este presidente eso cambió.
Ah, el político que pensaba cambiar el tema del hambre y usar el dinero sobrante para generar trabajo es esa persona que hasta la han acusado de “nefasta” en algún que otro blog, era Elisa Carrió, una de las opciones más limpias de las últimas elecciones, plagada de errores, pero ¿quien no los tiene? Su proyecto para paliar el hambre, tema que no puede esperar, está olvidado puesto que no es intención del gobierno actual innovar en ese tema.
Método, el gran dilema
Si se protesta a los gritos, hace mucho ruido, si se corta una calle, interrumpe el tránsito, si se pide algo, es un vago, para todo hay una excusa puesta por quien no está protestando, siempre hay una razón para inculcarle, desde que están controlados por un político (el que esté libre de pecado que se haga cristo ya mismo y se crucifique), hasta que lo hacen sólo para conseguir dádivas.
Lo claro es que lo que no conforma a la parte de la sociedad con trabajo es el método de protesta de algunos grupos y a la vez se mete a todas las a grupaciones en una sola bolsa, porque cuanto menos haya que conocer y entender, mejor.
La sociedad tampoco quiere ver más allá de sus narices y eso hace que cualquier método de protesta que, como es logico, es algo violento, sea verbal o físicamente, sea algo negativo.
Acaso cuando las cacerolas sonaban, y la “clase media” participaba, eso sí era “legítimo”, pero el que protesta por hambre no... curiosidades de nuestro tiempo.
El enfrentamiento del hambre
Es lógico que quien no tiene ya nada en este mundo posea sierta animosidad hacia el que tiene, pero ultimamente parece al revés, el que tiene algo desea que el que está completamente desamparado simplemente desaparezca.
No contento con olvidarlo toda la vida ahora encima lo odia, sale su odio de titulares de los diarios, bien armados, con tal de enfrentar a la gente.
Es claro que cada grupo piquetero es bien distinto, distintos dirigentes, distintos motivos, pero todos con algo en común, entre sus pedidos está el trabajo digno, comida y vivienda. Obviamente los dos últimos surgen del primero de los pedidos, pero a estos se suman otros tantos, algunos irritan a la “clase media” otros directamente pasan desapercibidos.
La acusación general es “estos vagos sólo quieren planes trabajar” y no lo niego, son más de uno los que piden eso, pero si luego de todo lo expuesto no se entiende el porqué, bueno, habré explicado muy mal mi punto de vista.
Así es que en vez de enfrentar a la clase política que es la que impone ese método de dádivas para mantener a la plebe muerta de hambre y dominada, la “clase media” trata de buscar culpables de sus males en gente que está mucho peor que ellos.
Es que se creen de la “clase alta”, pretenden serlo, no pueden ellos rebajarse a ser parte de la “plebe”, ellos sueñan con su televisor Sony y su viaje a Europa y juntarse con un pobre los haría “zurditos”, o cualquier argumento estúpido que puedan esgrimir.
Entonces la confrontación. “Ellos no trabajan porque no quieren, sino mírenme a mí, que luego de 16 años de educación y comida tengo trabajo y ellos “negritos de mierda” que nunca fueron a la escuela no quieren trabajar” o cosas por el estilo.
Una confrontación totalmente absurda pero que nos están guiando hacia la misma poco a poco, sino miren los titulares, antes un piquetero protestaba por algo digno, ahora no importa eso, sino que “interrumpe el tránsito” ¡como si el hambre de tu prójimo fuese menos importante que llegar 5 minutos antes para ver el noticiero que te va a mostrar a los piqueteros pero ya pasados por el filtro anestesiador del la edición y el locutor!
Los verdaderos ganadores de la batalla
Algún día hasta los piqueteros, que tienen a sus líderes comprados con los planes, van a estallar, porque ni con 150$ se puede sobrevivir.
Pero en esa batalla se van a enfrentar los pobres contra los pobres, y la “clase dirigente” quedará, nuevamente, como la conciliadora y la salvadora, mientras ella ha sido la que provocó el enfrentamiento.
El ganador claro será quien tenga el control, no la gente, el choque entre gente que todavía no se muere de hambre con la que sí es un choque entre hermanos, la división la plantean quienes gobiernan, usando el viejo dicho de “divide y conquistarás” se ejerce un control perfecto.
Ahora estamos divididos, con los mismos gobernantes de siempre (curiosamente fueron los piqueteros los únicos que se manifestaron en contra de los diputados elegidos que asumieron en el congreso y no la “clase media”), los que protestaban por sus ahorros apenas se los devolvieron no protestaron más, todo lo contrario, pasaron al bando del que se queja del protestón, porque aquí ese estrato social sólo se quejó cuando sus ahorros fueron tocados, antes no, después tampoco.
Lo único que espero es que más de uno se de cuenta del camino que nos están haciendo tomar, que el odio entre pares no tiene sentido y que el problema no es una calle cortada, por más que no nos guste, sino la clase dirigente que TODOS hemos votado nuevamente, bueno, no todos porque algunos votamos otra (que por ahí era corrupta pero todavía no había tenido la oportunidad de demostrarlo), pero si todos porque la decisión en las elecciones es de la mayoría.
Tapa de la revista Noticias que demuestra cómo se hace para cambiar la opinión pública.
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14/12/2003 - 01:27:23
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