03/12/2013 - 10:30:00 por Fabio Baccaglioni
- 8255 - 15 - En Historia
Normalmente un soldado británico podía asprirar a una Victoria Cross, no más que eso, y la mayoría seguramente la recibiría bajo tierra. Pero hubo uno de esos pocos casos donde alguien recibió dos.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial el rey Jorge VI (el tartamudo del discurso famoso
) tenía que darle una nueva condecoración a
Charles Upham pero él ya le había dado una en el palacio de Buckingham el 11 de mayo de 1945, le preguntó al General Mayor Howard Kippenberger que dar una segunda Victoria Cross era bastante inusual, ¿realmente la merece?, Kippenberger respondió "en mi respetuosa opinión, señor, Upham ganó la VC varias veces antes".
¿Que hizo este neocelandés para merecerse tanto? pues bien, esta condecoración se le otorgaba a aquellos que demostraban valor en la cara del enemigo y si alguien lo hizo, fue Upham (y no, no es el Upham de Saving Private Ryan, es exactamente lo opuesto
)
Grecia
1941, la isla de Creta, Grecia, los británicos se repliegan, los alemanes avanzan y toman todo. El Teniente Segundo Upham comandó un pelotón en Maleme recorriendo 1000 metros sin ningún fuego de soport hacia las defensas enemigas, destruyeron varios puestos enemigos, y en tres ocasiones los frenaron, pero ellos siguieron adelante.
Primero ante un nido de ametralladoras avanzó sólo con pistola y granadas, y tomó el puesto. En una segunda ocasión recibiendo fuego de dos ametralladoras desde una casa avanzó hasta tirar una granada por la ventana y elimnarlos. Y en el tercer caso avanzó a otro nido de ametralladora unos cinco metros arrastrándose hasta tirarles una granada limpiando al enemigo.
Bueno, con esto uno ya debería al menos merecerse el respeto de algún compañero pero era apenas la entrada de Upham. En la retirada de Maleme ayudó a cargar a un soldado herido bajo fuego enemigo, volvió a ayudar a otro, luego lo enviaron a traer de vuelta a una compañía que había quedado aislada. Junto a un cabo avanzaron doscientos metros por terreno enemigo, eliminaron a dos alemanes y reunieron a la compañía con el resto del batallón.
Con este batallón ocuparon una loma desprotegida para dar cobertura y recibieron de todo, metralla de mortero en un hombro, rechazo de Upham a salir de su puesto, una bala en un pié que recién le sacaron en Egipto más tarde, etc.
Tres días más tarde, siendo acorralados por los alemanes, se refugiaron en una formación rocosa mientras recibían fuego de mortero. Upham avanzó sólo para ver las posiciones alemanas y llevó al pelotón hacia una posición mejor, eliminaron a 40 de ellos con fuego de granadas y ametralladoras, forzando al resto a retirarse.
Cuando ordenaron al pelotón retroceder él se quedó para avisarle al resto de los pelotones dispersos antes de que los alemanes les cortasen la retirada, pero he aquí que dos alemanes lo vieron y le dieron plomo para hacerle una dentadura nueva. Con sólo un brazo disponible y más parecido a un colador, se hizo el muerto un rato, luego Upham se arrastró hasta un árbol, se apoyó en él y preparó su rifle. Mientras se acercaban a él
los mató a los dos.
Cinco días después en Sphakia su pelotón recibió órdenes de enfrentarse con uno enemigo que estaba avanzando por un barranco hacia los cuarteles, con todos sus pequeños problemitas con el fuego enemigo subieron una colina hacia el barranco, posicionó sus hombres y él mismo fue hasta el mismo con una ametralladora Bren y dos de sus hombres para hacer de blanco móvil y hacerle exponer su posición a los enemigos.
Surtió efecto y luego de una escaramuza los alemanes decidieron que era mejor irse. Durante estos días en Grecia sufrió de Disentería y podía comer muy poco, además de varios balazos que casi lo dejan maltrecho, aun así es lo que se llamaría un "
Badass" completo y nunca dejó de ir al frente. Por sólo esta misión fue galardonado con su primera Victoria Cross, pero claro, no estamos contando su historia porque fuese tan sólo una, había Upham para rato.
Egipto
Los ingleses tuvieron que fugarse hasta Egipto para reagrupar, los alemanes tomaron completamente Grecia y ésta quedó sumida en una guerra de guerrillas y un gobierno pro-nazi peleándose con partisanos comunistas.
Upham era ahora Capitán, hasta ahora con todo el plomo recibido ya había quemado tres o cuatro vidas, pero siguió con sus andanzas y colección de heridas. Es que en un caso, por ejemplo, recibió dos balazos por ir a ver a sus soldados atrincherados en la vanguardia, y de paso destruyó un camión alemán lleno de soldados alemanes con granadas, el capitán insistió en seguir con su tropa durante toda la batalla.
Era como Rommel, el gran mariscal alemán acostumbraba ir al frente con los tanques, no quedarse en la retaguardia, eso le hacía merecedor de todo el respeto y los hombres luchaban a la par de él. Rommel decía que jamás le iba a pedir a uno de sus subordinados que hiciera algo que él no haría, por eso iba al frente. Upham era de la misma escuela sin dudas, pero un poquito más bruto tal vez
Durante la batalla de El Ruweisat estuvo con la reserva pero apenas se rompieron las líneas de comunicación con la avanzada, fue él mismo al frente para averiguar qué pasaba, obviamente a los tiros contra varios puestos alemanes.
Cuando avanzó con la reserva se encontraron con cuatro puestos de ametralladoras por delante y varios tanques, Upham, fiel a su estilo, llevó a su compañía al ataque capturando dos puestos de ametralladoras, destruyó un tanque él mismo y varios vehículos con granadas, porque ya para esa altura las granadas deberían salir de sus manos autografiadas. El costo fue un balazo por una ceja y un brazo roto, nada que Upham no pudiese solucionar con media hora de siesta.
Todo duró hasta que los alemanes contraatacaron con mucha más fuerza y tuvieron que retirarse, perdiendo la posición ganada, de lo roto que estaba lo sacaron del frente y lo enviaron al hospital, pero aún habiendo perdido mucha sangre, apenas cicatrizó la herida volvió con sus hombres recibiendo más fuego de artillería hasta que lo hirieron de nuevo al punto de no poder moverse, y de toda su compañía apenas quedaron seis hombres vivos. Upham casi pierde la vida en esta ocasión pero un doctor
le salvó la vida.
Howard Kippenbeger y Charles Upham
Prisionero de Guerra
No todo era heroico, a veces hay que terminar como prisionero de guerra y "rendirse", pero al parecer para el Capitán Upham el hecho de rendirse es solamente tomar un descanso para volver a lo suyo, ser el enemigo más impertinente de toda la contienda.
La cantidad de veces que intentó escaparse era merecedora de otra medalla, cuando lo llevaban prisionero por Italia en un camión saltó de éste en movimiento y llegó a correr trescientos metros antes de que lo agarren de nuevo, todo esto con un tobillo roto por saltar del camión.
En otra ocasión, esta vez en tren, sólo lo dejaban ir al baño cuando estuviese en movimiento, y no fue que saltó con el tren a pleno y quedando inconsciente en las vías.
Ya en el campo de concentración intentó escaparse a plena luz del día quedando colgado de los alambres de púas, cuando un guardia sacó su arma para darle un tiro en la cabeza Upham se prendió un cigarrillo. Lo curioso de esta escena es que hay una foto sacada como "prueba" de lo irrespetuoso que era, se encuentra en su biografía pero no la encontré en buena calidad en la web.
Luego estando en confinamiento logró escaparse en el único rato que tenía para ejercicios solitarios, cruzó las barracas alemanas y salió por la puerta de adelante, obviamente no terminó de cruzarla, tantos eran sus intentos que por un lado lo respetaban y no lo ejecutaban, pero ya era un chiste así que terminó en el castillo de Colditz del cual no iba a poder salir.
Cuando cayó el castillo ante las tropas Americanas en vez de volverse se unió a la tropa para seguir con ellos, quería seguir a los tiros, pero lo devolvieron a Inglaterra a reencontrarse con una enfermera que había conocido, se casó y fue condecorado. La guerra para Upham había terminado, recibió dos Victoria Cross de parte del rey y se volvió a casa.
Ante la pregunta de un periodista sobre cómo se sentía ante tantas condecoraciones dijo modestamente:
‘Naturally I feel some pride in this distinction, but hundreds of others have done more than I did. They could have given it to one of them’
Rechazó el dinero que habían juntado en casa para regalarle, estudió, recibió una pensión y compró una granjita. Charles Upham vivió
hasta 1994.
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