24 de Septiembre, Batalla de Tucumán

24/09/2012 - 13:30:50 por Fabio Baccaglioni - 7735 - 11 - En Historia

Creo que la gran mayoría ni sabe por qué hoy en Argentina es feriado, es más, creo que tampoco saben que es feriado sólo este año como en recuerdo de un momento en que la suerte del Ejército del Norte empezó a cambiar y se comenzó a dibujar la frontera norte del país.

Así que, como alguna vez hice en este blog, retomaré la historia local para contarles de aquel 24 de septiembre de 1812 donde un tal Manuel Belgrano y unos pocos hombres tuvieron que enfrentar a una tropa realista española que los duplicaba y aun así salieron vencedores.

Gracias a aquellos sucesos, como tantos otros, podemos decir hoy que somos un país, este fue otro de los "granitos de arena" que nos conformaron, pero la historia tiene varias curiosidades como el éxodo jujeño que la precedió.

A continuación un poco sobre la batalla que cambió el mapa y nuestra historia.

El Éxodo Jujeño

El 26 de mayo de 1812 en la posteriormente famosa "Posta de Yatasto" un bastante derrotado Pueyrredón le cedió el mando del Ejército del Norte a un abogado, suena raro, un abogado haciendo de general, pero vieron como son las circunstancias especiales de una revolución, al fin y al cabo hasta Fidel Castro es abogado, así que el turno le llegó a Manuel Belgrano.

Cuando Belgrano se ubicó en Jujuy se dio cuenta que no sólo tenía a la tropa desmoralizada por la derrota de Huaqui, si no que no podían hacerle frente a los realistas allí, algo tenía que inventar.

Imaginen que volvieron de la derrota 800 soldados que no sabían ni qué estaban haciendo, sin armas, muertos de hambre, enfermedades, la moral por el piso. Belgrano. Para fines de junio logró reorganizar el ejército, llevándolo a 1500 hombres, rearmándolos, mejorando el estado en general y la organización que era medio un desastre.

Aprovechó la ocasión para bendecir la bandera (por Gorriti, otra nota en la que leerán varias "calles", jeje) que hacía poco había creado, esa celeste y blanca basada en los colores de la casa real a la que en realidad estaban combatiendo, pero que era más revolucionaria e independentista de lo que se decía oficialmente y tomó una difícil decisión: abandonar la ciudad con todo y todos.

Así empezó el éxodo jujeño, toda la ciudad, salteños y tarijeños también, la orden del Triunvirato era retroceder hasta Córdoba!! Rivadavia no era precisamente un tipo muy patriota, así que el Coronel Belgrano, ascendido a General, emprendió la ruta hacia Tucumán.

La idea de Rivadavia era algo perversa y Belgrano lo sabía, estaban dejando a mercerd de los realistas a los patriotas del alto Perú, sin una amenaza para los rojos éstos tenían libertad para masacrar a los rebeldes locales en lo que actualmente es Bolivia.

La idea del gobierno central era que se llegue a Córdoba para recién ahí sumar tropas del sur y así poder enfrentar a Pío Tristán, el brigadier realista (pero criollo porque era de Arequipa) que avanzaba desde el norte tranquilo ahora sin resistencia.

Y eso fue lo que encontró, la nada mísma al antrar a Jujuy, así que ¿que lo iba a detener para seguir avanzando? lo hicieron por supuesto.

Luego de 360 kilómetros más de la mitad de la población de Jujuy había llegado a Tucumán, la otra mitad era pro-realista así que se habían quedado, pero los campos y los recursos habían sido arrasados para no dejarle nada a los realistas.

Éstos sabiendo del éxodo empezaron a hostigar a los que se escapaban y ahí fue cuando Díaz Vélez logró una pequeña victoria, el combate de Las Piedras, contra los realistas que levantó no sólo la moral si no la idea de dar media vuelta y pelear contra las órdenes de los superiores pero, al fin y al cabo, para evitar el avance del enemigo.

La batalla de Tucumán

Si Belgrano hubiese seguido hasta Córdoba ¿que le impedía a los realistas esquivarlo y llegar a Buenos Aires? el error estratégico del triunvirato era obvio pero parecía no importarles demasiado, la distancia no les hacía ver el problema pero Manuel Belgrano lo tenía bien cerca.

Díaz Vélez y Lamadrid eran parte de la gran familia Aráoz de Tucumán así que una ayudita de la familia no vino nada mal, eso sumado a reclutar a todos los voluntarios posibles.

La idea fue clara para Belgrano, desobedecer a Rivadavia y presentar batalla, todo o nada.

Balcarce logró reunir a 400 tucumanos, sólo con lanzas, organizados pero sin armas de fuego. Los tucumanos aportaron no sólo gente si no dinero, imprescindible para poder pagar una batalla. Algo que la mayoría ignora es lo caro que es librar una guerra, pero en Tucumán había muchas familias adineradas que no querían para nada que la guerra llegase a sus puertas, así que aportaron más que suficiente y eso confirmó la idea de Belgrano de olvidarse de las órdenes de Buenos Aires.

1500 hombres, caballería, logística provista por el pueblo local, abastecimiento, conocimiento del terreno, según Sun Tzu deberían ganar ante un enemigo superior.

Recién el 23 de septiembre los realistas lograron aproximarse a Tucumán para saber que Belgrano les iba a presentar batalla, para Tristán era el momento esperado porque justamente no les estaba resultando fácil llegar, todos los cultivos arrasados, poca comida, nada de logística, y a Díaz Vélez molestando cada día con sus gauchos a caballo que hostigaban al ejército.

El 24 Tristán decidió avanzar y dar un rodeo a la ciudad para entrar por el sur, según algunos para evitar que los patriotas escapasen hacia Santiago del Estero si todo salía mal, el tapón realista tenía un problema, primero el viento iba en su dirección y segundo Lamadrid, que era de la zona, incendió campos llenándolos de humo.

Belgrano aprovechó la lenta marcha de Tristán por el humo, reposicionó a su tropa y rápidamente atacó el flanco realista cuando estos todavía no habían podido acomodar la artillería. Para que tengan una idea de lo "pequeña" que era la batalla, los patriotas contaban con 1500 hombres y 4 piezas de artillería y los realistas con 3000 hombres y 13 piezas de artillería, más del doble pero si no te dejan acomodarlas...

Dos columnas de caballería, al mando de Balcarce la más numerosa e inexperta, la otra al mando de Díaz Vélez con mayor experiencia de combate, tres columnas de infantería, del coronel Superí, el capitán Warnes y el capitán Forest, atrás en la reserva Dorrego, en artillería Holmberg, pero con cuatro piezas de artillería se imaginarán que no podían hacer mucho, era más ruido que otra cosa.

Como corresponde la artillería empezó aun siendo inefectiva. La caballería de Balcarce, a pura lanza, tuvo un efecto formidable contra el flanco izquierdo realista, desbandando a la infantería y la caballería enemiga, no pudieron reagruparse correctamente.

Tan bien les fue que llegaron a la retaguardia, pero tan argentinos ellos que aprovecharon para robarse toda las mulas con abastecimiento, dinero y pertrechos realistas. El efecto final del saqueo inmediato no se podrá conocer nunca, pero la avivada criolla privó a los realistas de municiones sin pensarlo, jeje. Así que media tropa se fue con lo saqueado a mitad de batalla y Balcarce logró mantener la posición con la ayuda de un pequeño grupo de Dragones que le daba soporte.

En el centro la cosa era exactamente al revés, eran los realistas los que avanzaban contra Belgrano al punto que cayó prisionero el Coronel Superí, tuvieron que empujar mucho para recuperarlo. El frente se estaba desintegrando para ambos bandos, un terrible desorden y los generales casi inútiles dejando el mando a cada pequeño grupo y sus capitanes, hasta que, para colmo de confusión, una bandada de langostas pasó por el campo encegueciendo la batalla un poco más.

Díaz Vélez logró capturar la artillería realista y sus carretas de provisiones, se las llevó para Tucumán y las instaló allí transformando la ciudad en una inexpugnable fortaleza considerando que 13 cañones contra ninguno era bastante inexpugnable para la época, mientras esperó a ver qué sucedía con Belgrano.

Este logró reorganizar la tropa y volver hacia la ciudad, aun ni sabían si habían vencido o perdido, era tal el desorden y la cantida de cadáveres en el campo que se replegaron hacia la ciudad.

Tristán tampoco conocía bien su situación, intentó entrar un par de veces pero recibió la respuesta de Díaz Vélez, lo intimó a rendirse y éste lo invitó a entrar a la ciudad, que lo estaban esperando con muchas ganas.

Lo invitó contándole de los 354 prisioneros, 120 mujeres, 18 carretas con bueyes, 8 piezas de artillería, todas las municiones de fusil de los realistas, 32 oficiales, 8 capellanes... es decir, el grueso de la retaguardia realista era ahora de los patriotas.

A la mañana siguiente Belgrano lo rodeó a Tristán y éste no aceptó rendirse, tuvo que huír con su ejército hacia Salta siendo hostigado por la caballería de Díaz Vélez una vez más tomándole prisioneros y recuperando los propios.

Los realistas perdieron mucho, no sólo las 13 piezas de artillería, toda la logística que acompaña a un ejército que no son los combatientes solamente. Tuvieron 450 muertos y 680 quedaron prisioneros, del lado patriota murieron 80 y 200 quedaron heridos. Los realistas perdieron muchos regimientos que eran el sostén de su control en el norte argentino.

El primer triunvirato cayó y el segundo triunvirato apoyó a las tropas del norte, el resultado de esta batalla y luego la de Sala le marcó el límite a los realistas, lamentablemente se necesitaron muchos años más para librar a Bolivia del control pro-español, unas cuantas derrotas y dos años después, nuevamente en la posta de Yatasto, fue Belgrano quien le cedió el mando a José de San Martín.

Como detalle de color para agregarle a la historia entre Belgrano y Tristán, resulta que se trataban con bastante respeto y he aquí que en la batalla de Las Piedras que comenté antes Díaz Vélez capturó a Agustín Huici, el coronel realista que estaba atacando, Tristán envió una carta pidiendo que sea tratado con humanidad y respeto y envió 50 onzas de oro para los gastos de manutención del prisionero.

En la carta firmó "Campamento del Ejército GRANDE, setiembre de 1812" y Belgrano le devolvió el oro, que no hacía falta, claro, y firmó "Cuartel General del Ejército CHICO, 17 de septiembre de 1812". Un chistesito antes de la batalla

Fuentes: Instituto Nacional Belgraniano, Wikipedia 1 y 2