La Segunda Batalla de Ypres y el Uso de Gas Venenoso



Para esta misma época del año, durante 1915, la Primera Guerra Mundial empezaba a estancarse y comenzaba la guerra de trincheras. Los alemanes decidieron probar con una idea conocida pero prohibida: el uso de gas venenoso.

Era apenas cloro, bastante peligroso y asfixiante, pero no la más temible arma química utilizada en dicha guerra, tan sólo una de las primeras. El 22 de Abril de 1915 la convención de la Haya iba a ser violada, y a partir de allí el criterio utilizado por las naciones viraría a uno más terrorífico que la guerra misma: las armas químicas.

Pasaron cien años y aquí les dejo un extracto de mi libro, 1914, sobre la segunda batalla de Ypres donde se utilizó por primera vez el gas venenoso para tratar de torcer el rumbo de la guerra.



El uso de armas asfixiantes o venenosas estaba prohibido desde las convenciones de la Haya de 1899 y 1907 donde se habían tomado provisiones específicas contra este tipo de guerra que no era considerada aceptable.

El primer uso de este tipo de armas gaseosas fue francés y con municiones de gas lacrimógeno, los alemanes hicieron lo mismo contra los rusos, pero ni siquiera eran detectados por la enorme superficie y dispersión.

Pero el 22 de Abril de 1915 lo que se disparó sobre las tropas francesas coloniales de Martinique y Argelia fue totalmente distinto, Cloro en forma de gas, también conocido como “Bertholita” o “Chlorine”, que posee un olor muy particular entre piña y menta y dejaba un sabor metálico que irritaba garganta y pecho.

En la única ocasión que este gas había sido utilizado previamente fue en el frente oriental, en la batalla de Bolimów, en Enero, cuando dispararon miles de municiones de artillería con bromuro xylyl pero el frío ruso congeló el líquido que debía transformarse en gas y pocos lo notaron.



Al entrar en contacto con las mucosas del cuerpo humano se combina y transforma en ácido hipocloroso a tal punto que puede ser letal dependiendo la concentración. Si bien se utilizaron luego gases mucho más virulentos y peligrosos, el Cloro era controlable con máscaras de gas y su efecto notablemente atenuado, al norte de Ypres nadie recibió aviso alguno porque no se lo esperaban.

A las 17:30 del 22 de Abril de 1915 comenzó la Segunda Batalla de Ypres cuando los alemanes dispararon unos 5.730 cilindros de Cloro, unas 168 toneladas, hacia las filas entre Langemark-Poelkapelle, una suave brisa del este ayudaría a que una nube entre gris y verdosa se adentrase en las trincheras. El gas era levemente más pesado que el aire por lo que se escurría perfectamente entre las trincheras cavadas en el barro.

La Batalla de Gravenstafel (parte de la segunda de Ypres) comenzó con esta lluvia de gas venenoso y se estiman unas 6.000 bajas durante los primeros diez minutos de bombardeo tan sólo por la asfixia. Los que quisieron escapar de las trincheras quedaron obviamente expuestos al fuego enemigo.

La estampida de las tropas coloniales provocó una brecha de unos seis kilómetros de ancho, pero he aquí que los alemanes no habían considerado que su ataque podría llegar a ser tan efectivo, el 4° Ejército avanzó un poco pero el temor por el gas disperso entre las trincheras enemigas y la falta de recursos debido al debilitamiento que había provocado en sus líneas el Frente Oriental.

Los canadienses del 13° Batallón comenzaron a cubrir el flanco luego de orinar en sus ropas para remover el efecto del gas, el 10° Batallón contraatacó para evitar el avance alemán a los que más tarde se les sumó el 16° Batallón, ambos atacaron a los alemanes con carga de bayoneta perdiendo tres cuartas partes de sus hombres.



El 24 de abril el frente se había movido, luego del ataque con gas, hasta St Julien, que hasta ese momento era la retaguardia de los canadienses, nuevamente los alemanes atacaron con el gas y el “truco” de orinar sus ropas para usarlas de máscaras no funcionó haciendo que el pueblo cayese en manos germanas fácilmente.

Al día siguiente los canadienses atacaron y si bien no lograron retomar el pueblo sí establecieron un frente muy cerca de él. El 26 la brigada de Northumberland atacó perdiendo más de 1900 hombres, los del 2° Royal Dublin Fusilier recibieron ataques de gas casi aniquilándolos.

Poco tiempo después recibieron máscaras improvisadas, el amoníaco lograba contrarrestar el cloro en el gas, pero las máscaras y respiradores eficientes llegaron recién para Julio de este año.



En estos días de batalla y gas asfixiante los alemanes lograron mover un poco el frente hacia Ypres, no fue una victoria decisiva, los mismos soldados alemanes le temían tanto al gas como los británicos y canadienses, aunque les permitió avanzar su artillería, entre el 24 y 25 de Mayo de 1915 un nuevo ataque con gas en un frente de 7 kilómetros pudo ser contenido por los británicos pero debieron retirarse tanto hacia el norte como el sur, la saliente de Ypres había perdido 5 kilómetros.

Las bajas por el gas no superaron los 7.000 hombres pero en total por las batallas que se dieron a continuación los alemanes perdieron 35.000 hombres, los británicos 59.200, los franceses 21.000, los canadienses 6.000.

Pero lo que realmente cambió con esta batalla fue el criterio a utilizar por las potencias sobre la convención de la Haya pues luego de Ypres todos los ejércitos involucrados empezaron a utilizar sus reservas de armas químicas y todo soldado tenía por obligación usar máscaras.

Estas máscaras resultaron extremadamente deficientes, inapropiadas y en muchos casos un problema para combatir ya que impedían la correcta visión.

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Comentarios

  • José Zanni     31/03/2015 - 16:08:51

    Por mas convenciones que haya a guerra siempre termina siendo sucia, muy sucia.

    Estoy leyendo ahora uno sobre la IIGM, supongo que lo conoces, se llama Los últimos 100 días, es muy bueno.

    Luego a ver si me dedico a tu 1914.

  • José Zanni     31/03/2015 - 16:21:46

    Seguiré insistiendo con el Suscribe to comments :P

  • Nimo_     31/03/2015 - 18:38:25

    Y por lo que leí por ahí (podría ser tambien "por aquí"Guiño, gracias a la guerra química es que Hitler decidió usar ese tegobi hipster que luego lo caracterizó.

    En esas épocas el soldado (cabo?) tenía un importante mostacho que le complicaba el uso de la máscara antigás, así que frente a la opción de cortárselo para poder usar la máscara, el aún-no-Fuhrer eligió no eliminar todo el bigote y dejarse ese par de cuadraditos.

    Muy buen post.

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